Estiman que ya se perdieron 785.000 hectáreas de soja en el país
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó una pérdida en la superficie implantada con soja de 785.000 hectáreas en tanto que otras 700.000 hectáreas se encuentran con baja probabilidad de cosecha, al analizar los efectos por los excesos hídricos en Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba y norte de Buenos Aires.
Los datos relevados corresponden a la semana del 25 al 29 de abril localidades afectadas por los excesos hídricos en las provincias de Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba y Norte de Buenos Aires con el fin de estimar el estado de los lotes de soja y maíz, la demora en la cosecha y sus respectivas pérdidas.
«Luego de recorrer más de 1.800 kilómetros y relevar cerca de 25 localidades durante la gira de situación, se estima una pérdida en la superficie implantada con soja para la ciclo en curso de 785.000 hectáreas», afirmó el trabajo difundido hoy por la Bolsa de Cereales.
Otras «700.000 hectáreas se encuentran con baja probabilidad de cosecha, las cuales quedarán sujetas a las variables productivas, económicas y climáticas que se presenten durante el resto de la campaña», agregó el informe.
En función del relevamiento zonal, se estimó que para las regiones Centro-Norte de Córdoba y Santa Fe, y Núcleo Norte, la caída entre el rendimiento logrado en lotes cosechados previo al temporal y las expectativas de rinde sobre los cuadros que restaban por recolectar es en promedio del -20 por ciento.
No obstante, el informe agregó que hay zonas que presentaron lotes con pérdidas que alcanzaron valores máximos de -50 por ciento y otras con reducciones inferiores al -10 por ciento.
Las expectativas de rinde preveían altas productividades en amplios sectores de las provincias de Córdoba, Santa Fe y sectores del norte bonaerense, mientras que sectores del Oeste de Buenos Aires y La Pampa auguraban potenciales de rinde por encima a los máximos logrados durante las 15 campañas previas.
La proyección de producción al 31 de marzo se elevaba a 60 Millones de toneladas, en un escenario en el que un 90 por ciento del área de soja sin cosechar se encontraba en etapas de madurez fisiológica y a la espera de alcanzar humedad adecuada para su recolección.
Pero a partir de abril, comenzaron a producirse precipitaciones abundantes en el centro de la región agrícola nacional y los acumulados superaron ampliamente los promedios históricos zonales.
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