El más popular es el ‘quejica’, aquel que encuentra cualquier motivo para elevar un lamento que escucha toda la oficina. Para la terapeuta Amanda Stemen lo mejor es proponerle soluciones y de esta forma “dejará de protestar cuando vea que eres una persona que busca solucionar los problemas en vez de seguirle el juego”. Por otro lado, está el ‘cotilla’: esta persona conoce todos los secretos de sus compañeros y controla sus redes sociales. En estos casos, la psicoterapeuta Tina Tessina recomienda pararle los pies: “Si acude a tu escritorio con un cotilleo, dile ‘Perdona, tengo unos plazos que cumplir’ y sigue trabajando”.

Seguro que también has sufrido al ‘comunicador sin tacto’, aquel que no tiene ningún problema en decir lo que piensa sin preocuparse en el efecto que eso puede causar en los demás. Este suele llevarse especialmente mal con otros dos tipos de compañeros: el ‘holgazán’, que intenta aprovechar cualquier situación para escaparse de sus responsabilidades, y el ‘aprovechado’, que pide ayuda pero no devuelve los favores.

Los jefes tampoco se libran: está el ‘incompetente’, que no sabes cómo ha conseguido llegar a un puesto de responsabilidad. “Es el tipo de persona que pasa la mayor parte de su tiempo tratando de aparentar que sabe lo que está haciendo”, asegura la orientadora Kate Snowise. Así que, mejor busca otro líder dentro de la empresa al que puedas recurrir.

Finalmente, el ‘jefe controlador’, aquel que te exige actualizaciones constantes de tus avances y que pide estar presente en todos los correos electrónicos. Esto, lejos de ser efectivo, crea una atmósfera de desconfianza difícil de soportar. “No permitas que tu jefe te pisotee, pero demuestra que eres una persona meticulosa y que se puede confiar en ti”, recuerda la psicoterapeuta Alena Gerst. ¿Cuál de ellos es tu peor pesadilla en la oficina?