Se produjo un importante deslizamiento de tierra en Puerto Viejo, que generó rajaduras en pisos y paredes de viviendas. Temen posible derrumbe.
A cinco meses de que un movimiento en la barranca de Diamante afectó al barrio Urquiza y tuvo en vilo a los vecinos, se generó un nuevo deslizamiento, esta vez en Puerto Viejo, provocando extensas rajaduras en paredes y pisos, que hacen peligrar las estructuras de las viviendas, muchas de ellas de material.
Ante la situación, desde la Municipalidad evalúan evacuar a cinco familias que se encuentran en riesgo, ya que se teme que el desbarrancamiento se profundice. Así lo confirmó a UNO Marta Grancelli, secretaria de Acción Social de Diamante, quien recorrió la zona el jueves a primera hora junto a integrantes de Defensa Civil local, un arquitecto y trabajadoras sociales de la comuna. «Hicimos un relevamiento, ya que se cayó una masa importante de tierra, y al pie de la barranca hay cinco familias que son las mas complicadas, pero además hay otras cuatro o cinco familias que están más cerca del borde costero que están más con problemas de rajaduras en sus casas», dijo, y señaló que ayer le hicieron llegar un informe técnico y social que elaboraron a la ministra de Desarrollo Social de la provincia, Laura Stratta, quien visitó la localidad y mediante un acto hizo entrega de aportes para distintos proyectos.
«Esta recorrida se sumó a las ya realizadas por funcionarios municipales días previos. En esta oportunidad, se realizó un relevamiento de las familias afectadas y se tomó registro en el interior de las viviendas y sus alrededores. Hay un grupo de viviendas precarias que ante un nuevo desbarrancamiento no correrían tanto peligro, pero las que están al pie de la barranca sí están en riesgo, por lo que se está analizando evacuar a esas familias, ya que desde esta gestión siempre priorizamos la vida humana ante otro posible deslizamiento», dijo Grancelli. No obstante, admitió: «La mayoría son pescadores y tienen cierta resistencia a irse, pero valoran también el peligro que corren. Veremos en estos días como vamos a ir solucionando este tema».
Asimismo, señaló: «No se trata de la misma zona afectada en octubre, pero aunque está todo en el borde costero. No tendría que estar habitado el lugar porque es zona de emergencia. Entregamos un informe al gobierno provincial explicando la situación desde el aspecto técnico y solicitamos ayuda para esas familias».
La funcionaria municipal sostuvo que se continúa haciendo un monitoreo permanente en ambos sectores y que en el barrio Urquiza la barranca está estable actualmente.
Urgencia
Habitantes de Puerto Viejo vienen manifestando su preocupación por la situación. Pachi, un vecino que está a 150 metros de la zona más afectada, contó ayer a UNO que «el tema está delicado», y agregó: «Por ahora está corriendo la barranca de a poco. Hay que dar gracias a Dios que no está llovedor el tiempo, porque si llega a llover mucho se puede deslizar más y es un peligro».
En tanto, días atrás María, propietaria de una casa que sufrió severas rajaduras, manifestó su temor: «Vimos que la pared se hamacaba y se formó una grieta, que se abre cada día más. Tenemos miedo a la noche, porque es un peligro, más por los chicos. Tengo miedo que se nos vaya a caer encima», expresó al sitio local Blanca Ciudad Noticias.
Frente a la urgencia que reviste el tema, el miércoles los concejales aprobaron un proyecto de Resolución dando cuenta de la situación y pidiendo «la inmediata atención del Departamento Ejecutivo Municipal, a efectos de evitar el agravamiento de la situación y evitar tener que lamentar posibles víctimas». Asimismo, solicitaron que se proceda «a la reparación de calle Entre Ríos, al oeste, en la denominada ‘bajada al Puerto Viejo’, y a señalizar inmediatamente el lugar para evitar accidentes» y a «efectuar la contención del desmoronamiento en el sector mencionado, como así también a la recuperación de la barrera de protección al tránsito, ya que la misma se encuentra soportada en solo dos puntos». Los ediles exigieron además que se dé solución de manera urgente a las necesidades habitacionales de los pobladores de la zona del Puerto Viejo, cuyas viviendas han sido dañadas por los últimos deslizamientos de la barranca en el lugar».
«La amenaza de derrumbe se potencia con el continuo correr del agua por numerosas pérdidas en la red de agua potable que abastece el lugar y que llevan largos meses sin ser reparadas», advirtieron.