Hecho un Demonio
Una máquina el Independiente de Holan: le metió cuatro a Newell’s en el Coloso para dejarlo con las ganas de acercarse a Boca, sumó su cuarto triunfo seguido de visitante y llega entonado al clásico de la próxima fecha ante Racing. Gigliotti, dos veces, Rigoni y Bustos, los goles.
El partido arrancó de la mejor manera para Independiente. En la primera acción de ataque que tuvo, la jugada terminó en gol. Un desborde de Benítez por la derecha y posterior centro hacia la altura de la medialuna encontró al pibe Bustos, quien libre de marcas sacó el derechazo y la pelota se incrustó en el arco previo desvío en un defensor de Newell’s. Para destacar la predisposición ofensiva del equipo de Holan: cuando Benítez tiró el centro, entraban tres jugadores en el área (Gigliotti, Rigoni y Tagliafico) y dos estaban a metros de ingresar (el mencionado Bustos y Erviti).
Obligado por el empate de Boca y presionado por la derrota parcial, no tardó demasiado Newell’s en asumir un lógico protagonismo. El Rojo, que parece sentirse cómodo administrando los espacios que suele dejarle el rival, perdió a la hora de hacerse dueño de la pelota y el local lo llevó a replegarse. Cuando más apuraba llegó ese centro de Maxi Rodríguez que pegó en la mano de Erviti y el árbitro no dudó: penal que Scocco transformó en el 1 a 1.
Así como ocurrió en ese primer tiempo muy dinámico y de ida y vuelta por momentos, el Rojo se puso nuevamente en ventaja en el arranque del complemento. Otra buena acción de Benítez concluyó con un latigazo de zurda que sacó Rigoni, inatajable. Otra vez le quedó a Newell’s la responsabilidad de remontar el resultado. Sin jugar bien, con más fervor que buen juego, el local avanzó y avanzó pero chocó reiteradamente con una defensa roja que se mostró firme, con Tagliafico de zaguero central como abanderado de la resistencia. Y cuando Independiente recuperaba la pelota siempre había sensación de peligro por esas tres flechas que son Benítez, Rigoni y Barco. Ellos tres, con Gigliotti como referencia de área, aprovechaban los espacios detrás de la zona de volantes rival y así llegó el tercero, con ese cabezazo del Puma tras el centro del pibe que no fue al Sub 20.
Un error de Domínguez, un rato después, fue bien aprovechado por Gigliotti, quien eludió al arquero y puso el 4 a 1. El descuento de Maxi Rodríguez, un premio a su incesante búsqueda, fue apenas un hecho anecdótico. El Rojo, endemoniado, ya había hecho su trabajo.