Hipertensión arterial: qué hay detrás de una epidemia silenciosa considerada «serial killer»
Para conocer de cerca y de manera brutal la dimensión de la hipertensión arterial hoy en el mundo sólo basta con saber que mata más personas que la sumatoria de varias guerras. Según un último estudio global publicado recientemente por la New England Journal of Medicine, esa sola causa se cobra más de 9 millones y medio de vidas por año. Las cifras hablan por sí solas.
Es por eso que uno de los primeros desafíos que debe vencer la hipertensión arterial (HTA) es derribar su lugar de enfermedad cotidiana en la vida de las personas.
Su condición de enfermedad crónica, no transmisible y asintomática ayuda a naturalizar su presencia como enfermedad de alto riesgo para aquellos que la padecen.
Y este aparente «estado de normalidad» que supone para la mayoría de los mortales es su principal escollo y atributo a la vez para avanzar ladina y silenciosa. Y por eso, irrumpe sin dar síntomas previos a través de un infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, insuficiencia renal o insuficiencia cardíaca. La peor noticia es que las consecuencias de todos estos cuadros en la mayoría de los casos son irreversibles o fatales.
La hipertensión arterial ocasiona el 13 por ciento de la mortalidad del mundo, es una enfermedad considerada una «serial killer» y está presente en el 80 por ciento de las muertes por causa cardiovascular.
ES FUNDAMENTAL LA CONCIENTIZACIÓN DE LA POBLACIÓN PARA CAMBIAR EL PARADIGMA SOBRE EL CONSUMO DE SAL.
Casi a modo de paradoja y en pleno siglo XXI que pregona cada vez más avances científicos, la población no incorpora el hábito fundamental de controlarse la presión como la mejor herramienta preventiva.
Lo primero que caracteriza a un hipertenso es el incremento continuo de las cifras de la presión sanguínea en las arterias; por ello se convierte en una espada de Damocles para las enfermedades del sistema circulatorio que representan la principal causa de muerte en la Argentina.
En el país, una de cada tres personas es hipertensa y el 37% de la población lo desconoce, según el estudio RENATA realizado por la Sociedad Argentina de Cardiología.
¿Por qué una enfermedad serial killer?
Las cifras de la presión arterial es un dato fundamental de la historia clínica de un paciente y tiene que estar al alcance del individuo y de la comunidad médica para impulsar y motivar la idea del control.
Que cada individuo conozca las cifras de su presión arterial colabora claramente en la prevención. Y se trata de un hábito que debe arraigarse en la población; ya que el control de la presión arterial disminuye el riesgo de ataque cardíaco y cerebral.
Su denominación de enfermedad «serial killer» convierte en peligroso su avance silencioso con sus consecuencias y la proyección de las cifras.
Según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo dada a conocer por el Ministerio de Salud de la Nación, un 34 por ciento de los argentinos adultos (más de 1 de cada 3) padece HTA -son valores de presión arterial sostenidamente por encima de los 140 y/o 90 mm de mercurio- y la mitad de ellos desconoce su condición de hipertenso.
En el marco del Día Mundial de la Hipertensión Arterial el próximo domingo 17 de mayo, Infobaeaccedió en exclusiva al estudio P.U.R.E -Prospectiva Urbana-Rural de Epidemiología- que fue publicado y amplificado en tres artículos y un editorial del The New England Journal of Medicine. El equipo científico multidisciplinario y multicultural que postuló y emprendió la investigación contó con un argentino, el médico cardiólogo argentino Rafael Díaz.
Menos sal, no siempre es mejor
Uno de cada dos argentinos adultos (entre 35 y 60 años) sufre hipertensión y la mitad de ellos tampoco lo sabe. Las cifras se complejizan al saber que la HTA está presente en el 80 por ciento de las muertes por causa cardiovascular.
En diálogo con Infobae, el médico cardiólogo Rafael Díaz, director de ECLA (Estudios Clínicos Latinoamérica) y director del departamento de cardiología del Instituto Cardiovascular de Rosario, explica: «La principal peor noticia para los argentinos es que la mitad de los adultos que padece HTA, la mitad no lo sabe».
El estudio PURE viene a derribar mitos en la relación entre la sal y la hipertensión arterial. Al respecto detalla el doctor Díaz: «El paradigma previo era que los argentinos consumíamos sal en gran exceso. Con los datos que arroja el estudio PURE podemos decir que Argentina está en el consumo promedio mundial de sal que es 4.9 gramos de sodio por día.
Las sociedades científicas más importantes del mundo dicen que habría que comer menos de 2.3 gramos de sodio por día, y si además se asocia alguna enfermedad adicional se requiere aún más restricción de sodio y se debería comer 1.5 gramos. Para graficar la idea, sepamos que para transformar los gramos de sodio en sal hay que multiplicarlo por 2.5.
«La mejor indicación para la gente es decirles que no le agreguen sal a la que la comida ya trae. Eliminar el salero de la mesa es una muy buena conducta y un muy buen mensaje. La sal no es como el cigarrillo: que el mejor tabaco es cero. La mejor cantidad de sal no es cero; al contrario, puede ser perjudicial», enfatiza el cardiólogo.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) si se reduce el consumo de sal al nivel recomendado (5 mg por día), se podría evitar hasta 1 de cada 4 ataques al corazón o accidentes cerebrovasculares.
Incluso el agua tiene sodio. Dentro de las aguas embotelladas existen dos grupos: las que tienen alto y bajo contenido de sodio. Si nos remitimos a los dos litros que son recomendados incorporar por día para lograr una hidratación adecuada, es importante destacar que el aporte de las aguas de alto contenido de sodio para dicho consumo es de 256mg por día, mientras que el de las bajas en sodio, es de 10mg por día.
Legislación y sal
En el año 2013 se sancionó en nuestro país la Ley 26.905 que implementa, entre otros puntos, la reducción del consumo de sal en alimentos procesados y promueve la eliminación de los saleros en las mesas de los locales gastronómicos.
Para el doctor Claudio Majul, director del Consejo de Hipertensión Arterial de la SAC, jefe de hipertensión del Hospital Santojanni de Buenos Aires y cardiólogo del Hospital Británico: “La mayoría del sodio que se consume proviene de los alimentos procesados o industrializados, donde por lo general los consumidores no tienen conocimiento de las cantidades. En nuestro país, se calcula que entre el 65% y el 70% de la sal consumida proviene de dichos alimentos”.
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