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En las últimas horas, el analista de criptomonedas Jack Niewold aseguró que “la guerra podría ser buena” para los precios de Bitcoin (BTC) y promocionó la invasión rusa de Ucrania como una oportunidad de compra para los criptoinversores a largo plazo. Lo cierto es que a precios «de descuento» como se encuentra el Bitcoin, las inversiones en criptomonedas pegaron un salto en los últimos días.

Niewold dijo que la guerra puede llevar a que los bancos centrales impriman más dinero, lo que provoca inflación, mientras que las sanciones económicas, como las impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea a Rusia hasta ahora, también pueden incitar a los estados-nación a adoptar criptomonedas. Durante los períodos de guerra, es más probable que las personas desplazadas recurran a Bitcoin “como una reserva de valor y un riel financiero cuando la infraestructura bancaria no es confiable”.

“Creo que hay una interesante teoría del juego geopolítico en torno a la adopción de las criptomonedas: si Rusia comienza a adoptar Bitcoin para sortear las sanciones, entonces veo que otros grandes estados-nación también tendrán que adoptar”, expresó el analista.

Otro dato clave para analizar el comportamiento de las criptomonedas se refiere a las inversiones institucionales. Según reportó Coinshare, la inversión institucional en las divisas digitales aumentó u$s109 millones en la última semana. Ahí se destaca que se trata de la quinta semana de flujos entrantes de capital hacia las criptomonedas después de tres semanas en las que predominaron las ventas de BTC por parte de los inversionistas.

A pesar del clima macroeconómico mundial dado por la invasión de Rusia a Ucrania (está claro que, como sucede ante todo conflicto bélico, las bolsas bajan y la tendencia general es buscar medios de refugio de valor), se puede detectar un punto de inflexión en lo que respecta a la criptoeconomía, ya que inversores institucionales y grandes corporaciones a han decidido adoptarlas, de manera sostenida, desde el 2020, y no dejaron de hacerlo ahora pese a la incertidumbre.