El ex secretario de Obras Públicas acusado del delito de enriquecimiento ilícito se refirió al tema de los bolsos con los que lo encontraron en el convento.

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El ex secretario de Obras Públicas José López, acusado del delito de enriquecimiento ilícito en el marco de la investigación que se inició el 14 de junio de 2016, cuando fue detenido en un convento, mientras llevaba bolsos que contenían casi 9 millones de dólares, llegó esta mañana a los tribunales de Comodoro Py a prestar declaración.

El juicio tiene lugar en el subsuelo de los tribunales federales de Comodoro Py 2002 y durante la primera jornada se dio lectura a los requerimientos de elevación a juicio, sumado a las acusaciones de la Oficina Anticorrupción y la Unidad de Información Financiera, ambas querellantes en la causa. Estuvieron presentes el presidente de la UIF Mariano Federici y la vice presidenta, María Eugenia Talerico.   López fue detenido y se encuentra en el penal de Ezeiza desde el 14 de junio de 2016, cuando fue sorprendido ingresando bolsos con casi 9 millones de dólares en el convento de General Rodríguez. A raíz de ese hecho se reabrió el caso por enriquecimiento ilícito por el cual era investigado desde antes y luego se le sumó la sospecha de ser propietario de una lujosa vivienda en Dique Luján, en la localidad de Tigre; y de un departamento en la Capital Federal sobre la calle Las Heras.

El juicio -que tendrá una duración de más de seis meses y en el que declararán más de 100 testigos- se desarrollará estando López detenido, a diferencia de los otros seis imputados, entre los que están incluidos su esposa María Amalia Díaz y la monja Inés Aparicio, quienes se encuentran en libertad.

LA DECLARACIÓN

Cerca de las 10:30 comenzó la exposición de López, quien adelantó que no iba a responder preguntas que no sean las de su defensa. El ex funcionario señaló que al comienzo del caso “no tuve libertad ni para elegir primera mi defensa. Nunca hubiera elegido alguien así”. López agregó que tiene casi los mismos bienes que en 2003, cuando ingresó a la función pública y los detalló. “Ni yo, ni mi esposa, ni mi familia se enriqueció ilícitamente en los 12,5 años que estuve al frente de la Secretaría de Obras Públicas de la Nación». “Mis ingresos en 2003 eran de aproximadamente 1500 dólares y en 2015 eran de 9000” y añadió que “si se analizan los ingresos de mi esposa verán que eran más o menos los mismos”.

Detalló que ella trabajaba en el Poder Judicial de Santa Cruz. “Nuestros ingresos son absolutamente consistentes con los egresos que teníamos año a año. Y todo eso está a la vista y en la DDJJ presentadas ante la OA como así también en las declaraciones ante la AFIP. Las declaraciones que hacía ante la OA las hacía yo con mi contador y en ellas no participó mi esposa, porque ella siempre estuvo al margen de mi actividad laboral y política (…) solamente se dedicaba a su trabajo y a cuidar y educar a la familia», amplió. “Con respecto a la casa de Dique Luján quiero decir que ni Galera, ni Gutiérrez eran testaferros o prestanombres míos”, asimismo consignó que ninguno de los dos «fueron beneficiados con obras por la secretaria a mi cargo”. “Quiero que quede en claro que ni yo ni mi esposa, tenemos nada que ver con lo atinente a la propiedad de Dique Luján», aseveró. Con relación a la cuestión de los bolsos, dijo que se va a referir al tema con limitaciones por cuestiones de seguridad. López indicó que supo a través de una persona que lo estaban investigando y separó completamente su evolución patrimonial con el dinero de los bolsos. En ese sentido, sostuvo que el dinero de los bolsos que llevó al convento no era suyo: «No tiene absolutamente nada que ver la evolución de mí patrimonio”. López precisó que ese dinero era de personas vinculadas a la política sobre las cuales no puede hablar: «No es una persona, son varias. Yo mismo no sé quiénes son». Al reconstruir los hechos que derivaron en su detención, contó que la diligencia que le encargaron era que el llevara el dinero allí y que no tenía que darle indicaciones a las monjas porque eran penitentes.

«Al lugar (por el convento) no llegué solo. Me siguieron por todo el camino a modo de control. Por ese motivo dejé el auto en marcha mientras realizaba el traslado del dinero desde el auto al convento», especificó y remarcó que su esposa no tenía conocimiento de sus movimientos. “Lo secuestrado esa noche no me pertenece”, insistió a la par que afirmó que la identidad de los dueños de ese dinero no puede “revelar”. “Me expusieron a mí para no quedar expuestos ellos”, lamentó.. “No sabía que me iban a escoltar, por eso tomé el arma”, indicó con respecto a la escopeta que se le encontró al momento de su arresto.

“Me usaron como chivo expiatorio, para poner la atención pública en otro lugar”, argumentó y se dirigió a su propia defensa oficial para informarle qu eno iba a declarar más. Finalmente, expresó que no podía decir si llegó presionado hoy al juicio y no pidió protección extra en su lugar de detención ni para su familia.

(Fuente www.perfil.com).