El narcotraficante Darío Roas aceptó cuatro años y tres meses de prisión. Ahora juzgan al misionero Héctor De Lima y al rosarino Darío Crocc
Comenzó en Gualeguay el juicio por el cinematográfico robo de la avioneta en Victoria, ocurrido el 21 de febrero de 2017.
De las siete personas que tuvieron alguna participación en el atraco, dos están siendo juzgadas porque sostienen su inocencia. Uno firmó ayer un juicio abreviado; dos están prófugos; uno se suicidó y otro fue asesinado.
Según la investigación llevada adelante por la División Robos y Hurtos de la Policía entrerriana, todo indica que el robo fue por una venganza de quien aportó la información contra su exsocio. Pero quienes perpetraron el hecho y se llevaron el Cessna 182 eran parte de una banda con raíces en un cartel narco de la localidad paraguaya de Pedro Caballero.
Así lo confirma la detención de Darío Concepción Roas, el hombre que ayer confesó haber participado en el asalto y aceptó cumplir cuatro años y tres meses de prisión por el delito de Robo calificado por uso de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudo ser acreditada.
Roas ya tiene una condena por narcotráfico de la Justicia Federal de Rosario, y está procesado, a punto de ir a juicio, por el contrabando de más de seis kilos de cocaína desde Encarnación (Paraguay) a Posadas (Misiones).
Luego de que el fiscal Eduardo Guaita y el imputado presentara el acuerdo de juicio abreviado ante el Tribunal, comenzó el debate oral y público respecto de los otros dos imputados detenidos.
El rosarino Darío Crocco, señalado por actuar en tareas de inteligencia y apoyo en el asalto, dijo que es inocente. Su huella dactilar aparece en un auto robado en el aeródromo, que luego fue abandonado. Crocco dijo que había ido y esperado a los otros hombres en un camino vecinal, pero dijo que no sabía que se trataba de un asalto, porque su amigo que le había pedido ir al lugar no le dijo nada. Se trataba de Gabriel Quiroz, quien se suicidó poco después de ser descubierto.
Por su parte, al misionero Héctor De Lima lo ubican varios testigos entre los que se cayeron con la avioneta en los Esteros del Iberá, Corrientes. Antes, al ser imputado, había dicho que nunca estuvo allí, que le habían robado su documento y usaron su identidad los otros sujetos. Ayer volvió a declarar y cambió su versión. Dijo que había llegado hasta ese inhóspito lugar para auxiliar a los tripulantes accidentados.
Luego fue el momento de los testimonios en el juicio. Declararon los correntinos que habían sido citados: un policía de Colonia Carlos Pellegrini, una médica del hospital de esa localidad y dos guardaparques del Parque Nacional Esteros del Iberá. Todos coincidieron al identificar a De Lima y los otros tres hombres que fueron rescatados del lugar tras varios días de sobrevivir entre yacarés y alimañas.
El juicio continúa el lunes con nueve testimoniales, entre ellas la de los investigadores que actuaron en la compleja causa. El martes se producirán los alegatos del fiscal Guaita (en la remisión de la causa a juicio sostuvo que pedirá siete años y medio de prisión para De Lima y seis años y medio para Crocco). En tanto, los defensores Carlos Varela (del rosarino) y la oficial Susana Alarcón (del misionero) reclamarán la absolución para los imputados.
Tal como informó UNO ayer, la traición y el deseo de venganza de un hombre hacia su exsocio fue el inicio de una historia criminal con varios capítulos cinematográficos. Desde el robo del avión, su caída en los Esteros del Iberá, la supervivencia de sus tripulantes en el humedal pantanoso, hasta el suicidio del ideólogo del plan, la detención en Posadas de uno de los ejecutores en medio de un contrabando de cocaína, la captura en una cita a ciegas de otro acusado y el asesinato de otro implicado en Paraguay.
La pesquisa de la División Robos y Hurtos demandó varios meses, y develó un entramado narco, con delincuentes peso pesado. Y confirmó, a su vez, los lazos del narcotráfico entre Paraguay, Misiones, Entre Ríos y Santa Fe.
Además, surgió que uno de los imputados está acusado a su vez de lavar dinero para bandas narco rosarina como Los Monos, y con el sindicalista detenido por Asociación ilícita Marcelo Balcedo. Crocco aparece vinculado a Mauricio Yebra, supuesto testaferro del sindicalista de La Plata Marcelo Balcedo, quien fue detenido en enero por Asociación ilícita y Lavado de dinero, por sus lujosas mansiones y autos en Punta del este. Crocco está imputado junto a Yebra en una causa que investiga la Justicia Federal de Rosario por lavar plata de los narcos.
UNO ENTRE RÍOS