La elefanta Mara ya está en Brasil y arrancó el último tramo de su viaje hasta Mato Grosso
Después de tres años de trabajo, el animal llegará a su destino final: el santuario ubicado en la ciudad de Chapada dos Guimarães.
La elefanta Mara y el equipo que la acompaña realizaron con éxito los trámites migratorios en la Aduana de Foz de Iguazú, después de hacer el contacto con el equipo técnico del Santuario de Elefantes. De esta manera inició el último tramo de su viaje que la llevará a su destino final en la Chapada dos Guimarães.
«Estamos muy ansiosos y expectantes con el camino de Mara, lo estamos siguiendo minuto a minuto. Ella come de forma habitual, está tranquila, duerme por la noche, y sus registros están perfectos. El viaje va mejor de lo que habíamos estipulado, y si todo sigue así, en las próximas horas ya estaría en su nuevo hogar», adelantó Alejandro Macchiavelli, secretario de Ambiente de la Ciudad.
Mara empezó su travesía este sábado por la tarde cuando ingresó voluntariamente a la caja de traslado, y luego de una emotiva despedida del personal técnico y profesional del Ecoparque porteño salió por la avenida Sarmiento.
La elefanta viaja despierta y no puede abandonar el compartimento en ningún momento. Es monitoreada en forma permanente por parte del equipo técnico que le hace compañía, le habla y le brinda agua y alimentos. Cada dos o tres horas, el camión que la traslada se detiene para chequear su estado. En el trayecto se alimentó con su dieta habitual: sandía, alfalfa, pera, zanahorias, y nutrición complementaria.
Al finalizar los trámites aduaneros, el equipo de veterinarios y cuidadores se despidieron de Mara y entregaron la documentación y monitoreos al equipo del Santuario de Elefantes, quienes la acompañarán en su recorrido por las rutas de Brasil, y en su destino final.
Desde la Secretaría de Ambiente de la Ciudad informaron que durante todo el viaje se encuentra activo el protocolo de prevención de contagio en donde se minimiza el riesgo frente a la pandemia por el coronavirus.
Mara era la única elefanta asiática del Ecoparque porteño. Compartía su recinto con dos elefantas africanas, Kuky y Pupy, nacidas en el parque Kruger.
Tiene entre 50 y 54 años, y la esperanza de vida en cautiverio para esta especie es de 75 años. Llegó al antiguo zoológico porteño el 16 de octubre de 1995 producto de un decomiso judicial por la quiebra del Circo Rodas.
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