El dirigente fue sancionado a partir de los hechos ocurridos en el Mundial Femenino con el beso a Jenni Hermoso. Los detalles del comunicado

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La Comisión Disciplinaria de la FIFA suspendió por tres años a Luis Rubiales, expresidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), de todas las actividades relacionadas con el fútbol a nivel nacional e internacional.

Según informaron desde el máximo organismo, infringió el artículo 13 del código que establece que toda persona que desde los jugadores hasta los clubs y los miembros de las federaciones deben respectar los estatutos de la FIFA, sus regulaciones, directivas y circulares, y menciona en concreto los principios de integridad, lealtad y juego limpio.

La FIFA precisa que, según las disposiciones existentes de su Código Disciplinario, Rubiales dispone de diez días para «solicitar una decisión motivada que, en caso de ser solicitada, se publicará posteriormente en legal.fifa.com», y que la decisión está sujeta a ser recurrida ante el Comité de Apelación.

El máximo organismo futbolístico mundial añade que «reitera su compromiso absoluto de respetar y proteger la integridad de todas las personas y garantizar que se respeten las reglas básicas de una conducta decente».

Dicha comisión resolvió así el expediente disciplinario abierto contra Luis Rubiales el pasado 24 de agosto tras los hechos tras la final del Mundial femenino de Australia y Nueva Zelanda, en la que España se proclamó campeona tras vencer a Inglaterra. El exmandatario español se tocó los genitales en el palco y posteriormente, durante la entrega de medallas, besó en la boca a la jugadora Jennifer Hermoso en el podio.

En un primer momento Rubiales fue suspendido provisionalmente por un periodo de 90 días y este lunes recibió la notificación de la decisión de la Comisión Disciplinaria de sancionarle por tres años.

El expresidente de la RFEF, al día siguiente de dicha suspensión provisional, se negó en rotundo a dimitir durante la Asamblea del organismo federativo y reiteró que el beso fue consentido, lo que fue negado por la futbolista que actualmente milita en Pachuca y lo que provocó que las jugadoras españolas renunciasen en bloque a jugar en la selección «si continúan los actuales dirigentes».