La historia de la docente que dicta clases de libertad en la Unidad Penal Nº 5
Tiene en su grupo al condenado por violar y asesinar a una nena de 3 años. «Me generó rechazo”, reconoció Diana Rupani, pero “el educador debe ayudarlos para que modifiquen sus conductas a fin de reinsertarse a la sociedad», instó.
En su sección Historias de Vida, y con la firma de Sergio Tomaro, Diario Popular publicó este lunes un artículo en el que narra la historia de Diana Rupani, quien es docente en la Unidad Penal Nº 5 de las siete colinas, bajo el título “Diana, la maestra tumbera que dicta clases de libertad”.
“Hace once años que enseña a internos de la unidad penal de Victoria, en una apuesta nacida en una profunda vocación docente que ejerce para que sus alumnos tengan una puerta abierta al futuro”, indica el encabezado del artículo.
“Todas las mañanas, antes de ingresar a la escuela en la que trabaja, Diana Rupani alisa los pliegues de la pechera blanca y repasa a nivel inconsciente las normas elementales que deberá aplicar con los alumnos que esperan ansiosos el momento de ingresar al aula. Sin embargo, a pesar que desde hace 11 años realiza ese trabajo que ama profundamente, Diana aun experimenta una extraña sensación toda vez que espera la apertura de varias rejas y la celosa revisación de sus pertenencias para entrar al interior de la Unidad Penal número 5, de Victoria.
Diana es la directora con grado a cargo de la Escuela Primaria de Jóvenes y Adultos Roberto Payró que funciona en aquel establecimiento carcelario, donde este año trabaja con doce internos en etapa de escolarización, en el marco de una experiencia que vive con intensidad como profesional de la educación en condiciones de encierro.
Capacitadora también de docentes en el rubro que se especializó, esta maestra de 44 años que para dar sus clases une a dedo los 45 kilómetros que separan la ciudad de Nogoyá, donde vive con su tío Carlos, de Victoria, siente que la actividad en la que se formó le despertó pasión por lo que hace.
“Me había recibido en el 94 de profesora de Enseñanza Especial y en el 2005, como necesitaba trabajar, tomé el cargo y aprendí que el docente que se amolda a las condiciones que impone la realidad de dar clases a alumnos en condiciones de encierro, muy difícilmente después quiera irse” señaló a Historias de Vida.
“Soy una defensora de la educación en ese contexto”, argumentó sobre su perfil docente que la lleva, narró, a someterse a las condiciones singulares que impone la vida tras los muros de la cárcel en la cual no faltan hechos violentos, situaciones extremas y un fluido equilibrio entre los códigos de adentro y las normas de afuera. De allí que no se ofenda cuando se refieren a su oficio como el de maestra tumbera.
Criada por su abuela y un tío dado que sus padre fallecieron jóvenes, Diana afirma que la escuela a su cargo en el penal entrerriano y a la que asisten internos de entre 23 y 58 años, algunos con historiales delictivos inquietantes, “es un espacio muy especial” en el cual quienes asisten “se siente libres”.
“Son muy demandantes y se enojan cuando algún docente falta” a las clases de 45 minutos por cada uno de los tres grupos en que se dividen los cursos en la unidad penitenciaria de Victoria.
“Es inevitable no saber lo que hicieron y hasta los maestros nos enteramos por lo que ellos mismos nos cuentan” precisó. “Seguro que no es fácil, pero en la tarea que desempeñamos hay que poner la mirada en que estamos frente a un alumno, a una persona”.
Rechazos y convicciones
La compleja situación de tener en su grupo al condenado por violar y asesinar a una nena de 3 años, dijo, “me generó rechazo pero tengo entrenamiento mental para enfrentar esos casos. El concepto que rige para el educador en condiciones de encierro es que hay que ayudar a que esa gente modifique sus conductas para que puedan reinsertarse a la sociedad”.
En el ida vuelta diario con sus alumnos, esta docente especial entendió que los internos encuentran un ámbito distinto en la escuela en la que cada día comprueba, como referente de una mal llamada educación tumbera, que enseñar es impartir libertad”.
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