El volante de Lanús no jugará para evitar una lesión; el Granate, feliz con los números de la transacción

Almirón
Almirón. Foto: Prensa Atlante United

ánto le deberá reconocer Lanús a Miguel Almirón, dentro y fuera de la cancha, y el jugador al club del Gran Buenos Aires y cuánto le deberán agradecer ambos a los técnicos Guillermo Barros Schelotto y Jorge Almirón, luego del gran salto que ha dado el jugador paraguayo en su carrera profesional pasando al Atlanta United FC, de la Major Soccer League, el equipo norteamericano que prepara el ex seleccionador nacional Gerardo Martino para comenzar a participar el año próximo en la MLS.

De acuerdo a lo manifestado por el vicepresidente primero de Lanús, Luis Chebel: «La operación se está cerrando en 8.500.000 dólares, de los cuales el 20 por ciento le corresponde a Cerro Porteño -club de Luque, Paraguay, donde se iniciara Almirón-. La versión de la cifra por un total de 13.000.000 de dólares se debe a que en EE UU hacen figurar, también, lo que corresponde por el contrato del jugador», aclaró.

Una negociación más que importante para el club granate, que invirtió alrededor de 1.800.000 dólares en agosto de 2015 para adquirirlo y en un año y medio después, recibirá unos 6.800.000 dólares, por lo que tendrá un rédito de 5.000.000 de dólares. «Muy necesarios para afrontar sueldos del plantel profesional, técnicos, empleados y demás gastos del club, ante la situación de crisis que están pasando todas las instituciones, más aún sin saber cuándo habrá un acuerdo por los ingresos de la TV», comentó Chebel.

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Con anterioridad, al iniciarse la negociación, el presidente del club, Nicolás Russo, había adelantado: «A mediados de año habíamos recibido propuestas de clubes europeos, que no eran satisfactorias, por eso le pedimos al jugador que se quedara hasta diciembre con la promesa que ante una buena oferta sería transferido, por lo que ya no se lo puede retener y debemos cumplir con la palabra dada».

Por eso el viernes último, ‘Michael’ o ‘El Anguila’- algunos de sus apodos- viajó a EE UU para realizar la revisión médica y acordar los términos de su contrato y este lunes ya fue fotografiado con la camiseta roja, con detalles en blanco y negro del Atlanta United, con el 10 y su apellido en el dorsal. Almirón, de 23 años, nacido en Asunción, Paraguay, por sus excelentes condiciones tuvo una carrera meteórica. Debutó en la primera de Cerro Porteño, donde se iniciara, el 10 de marzo de 2013, con el que obtuvo sus primeros dos títulos, el torneo Clausura 2013 y el Apertura 2015. Destacándose también en el seleccionado sub 20 y en el mayor de su país. En agosto del año pasado fue solicitado por Guillermo Barros Schelotto, cuando dirigía a Lanús, para integrarlo al plantel superior como una proyección, por recomendación de su hermano Gustavo, que lo había visto jugar desde adolescente en los torneos juveniles paraguayos.

Con la llegada del DT Jorge Almirón, en enero último, el jugador de apellido homónimo encontró la consolidación que buscaba cuando en la sexta fecha del Torneo de Transición 2016 lo hizo jugar en reemplazo de Nicolás Aguirre, que estaba suspendido. Tuvo una actuación tan descollante en aquel 3-0 sobre Newell’s, el viernes 4 de marzo, en La Fortaleza, que nunca más perdió la titularidad. De quien apodan, también, ‘El Chino» y ‘el Di María paraguayo’, por su fisonomía y sus características de juego, similares a las del rosarino que viste la camiseta del francés París Saint-Germain, el entrenador Almirón señaló: «Es un jugador diferente, desequilibrante, al que vamos a extrañar mucho porque no será sencillo reemplazarlo, porque fue un valor muy alto en la obtención del último campeonato y de la Copa Bicentenario».

 

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 Tanto el técnico como Chebel coincidieron que sería muy peligroso que jugara en los dos próximos partidos por el torneo local -Rosario Central y San Lorenzo-, «porque una institución que pone tanta plata no permitirá correr el riesgo de que se lesione y Lanús no puede arriesgar la operación». A lo que el ex técnico de Defensa y Justicia e Independiente, lamentó: «Es una pena que lo hayamos disfrutado tan poco y que Miguel Almirón no pueda despedirse mostrando toda su magia dentro de la cancha, para recibir el merecido reconocimiento de todo el público».

Lanús le debe reconocer al jugador lo que lo disfrutó, como en aquel golazo que le convirtió a Banfield, en el clásico que ganó 2-0, y en aquel segundo gol determinante del 4-0 frente a San Lorenzo, en la final del torneo de Transición 2016. Además de agradecerle el haber generado un ingreso de dinero muy importante para el club. Almirón le debe reconocer a la institución el espaldarazo que le brindó para proyectar su carrera. Y ambos deberán agradecer el buen ojo y olfato de los mellizos Schelotto, para traerlo al fútbol argentino, y a Jorge Almirón que pulió el diamante para consolidarlo con su definitivo brillo.