Una multitud se movilizó este 24 de marzo en la histórica plaza para conmemorar el golpe de Estado de 1976. La jornada estuvo marcada por consignas en defensa de la democracia y la presencia de referentes opositores a la gestión de Javier Milei.

 

Miles de personas se congregaron este 24 de marzo frente a la Casa Rosada para conmemorar los 49 años del último golpe militar en Argentina. La jornada estuvo marcada por una amplia participación de organismos de derechos humanos, referentes sociales y figuras políticas de la oposición, quienes expresaron su repudio a los crímenes de la dictadura y cuestionaron el posicionamiento del Gobierno nacional frente a esta fecha histórica.

El gobernador bonaerense Axel Kicillof encabezó una de las principales columnas, acompañado por el ministro Andrés “Cuervo” Larroque y otros dirigentes como Máximo Kirchner, Estela de Carlotto y Malena Galmarini. Kicillof remarcó: “El pueblo bonaerense sabe que son 30.000”, en referencia a los desaparecidos, marcando distancia con las expresiones del presidente Javier Milei.

Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, criticó la falta de diálogo del Gobierno: “Con todos los presidentes hemos hablado, pero con este es imposible porque dijo que no nos iba a recibir”. Advirtió que el país atraviesa “un muy mal momento” y pidió al Presidente que cumpla con sus responsabilidades institucionales.

Desde el ámbito digital, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner compartió un mensaje señalando la vigencia del reclamo de memoria, verdad y justicia, destacando la masividad de la movilización como respuesta al intento de relativizar los crímenes de la dictadura.

En contraste, la vicepresidenta Victoria Villarruel reiteró su postura crítica hacia el relato de los derechos humanos, cuestionando lo que considera una “memoria ideologizada” y reivindicando a las víctimas del accionar de las organizaciones armadas de los años 70. En un extenso mensaje, planteó que el país sigue dividido y pidió una reparación también para quienes fueron afectados por la violencia guerrillera.

La movilización fue pacífica y multitudinaria, dejando en evidencia que, a casi medio siglo del golpe de Estado de 1976, el debate sobre la memoria continúa siendo un eje central en la vida política y social del país.