La soja juega su futuro entre América del Sur y EE.UU.
Con algunos inconvenientes derivados del clima, finalmente las siembras de granos gruesos en América del Sur van materializándose. Particularmente en el caso de la soja, las implantaciones en nuestro país iban orillando la mitad del área esperada durante la semana que concluye. No obstante, las estimaciones sobre el área total cosechada van cambiando semana tras semana.
Tal como lo hemos comentado desde estas líneas, hay una diferencia sustancial entre los datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) y las que se hacen desde estas latitudes. Esas diferencias podrían llegar a ubicarse en más de un millón de hectáreas, ya que el USDA incrementa los guarismos, al tiempo que las estimaciones locales las disminuyen.
Teniendo en cuenta lo antedicho, podría llegar a existir una ventana de tiempo en donde, si las estimaciones locales resultaran correctas, los valores en Chicago deberían «ajustar» a esta nueva realidad. Esta situación, sumada al habitual nerviosismo que se deriva del «mercado climático» durante los meses de enero y febrero próximos, deberían -al menos- mantener la atención de aquellos que necesiten efectivizar coberturas de precios a cosecha. Sin embargo, el escenario podría cambiar rápidamente si, después de haber atravesado el momento crítico de los cultivos en Sudamérica, la producción va evolucionando normalmente.
Mayor siembra
Pero quizá ese posible contexto más pesado no se derive tanto de una buena producción sudamericana de la oleaginosa, sino más bien con lo que pueda ocurrir en los Estados Unidos para la temporada 2017/2018. Si bien era sabido que con las actuales relaciones de precios entre el maíz y la soja existía una posibilidad cierta que los productores estadounidenses incrementen el área de la oleaginosa el próximo año, los primeros sondeos realizados por el USDA en su reporte «Baseline» así lo confirman.
Teniendo en cuenta que los guarismos son muy preliminares, el informe concluye que la oleaginosa podría mostrar incrementos en el área implantada durante la próxima temporada que superaría las 700.000 hectáreas. En términos porcentuales sería algo más del 2% en relación al año anterior. De más está decir que tanto la producción y la demanda proyectada en el «Baseline» no aplican en el presente análisis por resultar aún mucho más preliminares.
Casi en simultáneo con la definición climática en nuestra región, y acercándose el momento de las siembras en los Estados Unidos, también se dará un hecho con resultado incierto: la asunción de un nuevo presidente en la mayor potencia económica global. Si bien esta no es una columna de política internacional, está claro que la incertidumbre en torno de este tema se acrecienta en la medida en que el momento de la asunción de Donald Trump se acerque.
Teniendo en cuenta estas variables, y tal como siempre lo recomendamos, la consecución de alternativas de cobertura flexibles, utilizando estrategias de futuros y opciones sobre futuros combinadas, se esgrimen como herramientas seguras y potentes para lograr resultados económicos satisfactorios, sin resignar posibles incrementos por la volatilidad futura de las cotizaciones.
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