La soja sigue en caída en la provincia de Entre Ríos
El primer efecto de la sequía es la disminución del rendimiento de los cultivos, destaca el trabajo realizado por los expertos en la materia.
Agricultor. Al tomar la decisión de sembrar debe afrontar una serie de gastos, lo cual representa su inversión.
El primer efecto de la sequía es la disminución del rendimiento de los cultivos, lo cual trae aparejado indefectiblemente una pérdida en los ingresos del productor. La sequía está afectando no solo a la agricultura, sino además a la citricultura, apicultura, ganadería, etcétera. Desde el momento en que el agricultor toma la decisión de sembrar debe afrontar una serie de gastos, lo cual representa su inversión.
La Bolsa de Cereales de Entre Ríos, a través de su sistema de información agrícola (Siber), informó sobre los kilogramos necesarios a cosechar para pagar labores, insumos, cosecha y comercialización. Quedando sin contemplar los gastos de estructura, retiros del productor e impuestos. Para el caso de la soja, la inversión puede expresarse en kilogramos/hectárea, lo que se denomina habitualmente el rendimiento de indiferencia.
En otras palabras, el rendimiento de indiferencia es la cantidad de kilogramos/hectárea que debe alcanzar el productor para recuperar la inversión realizada. En este análisis, el rendimiento de indiferencia contempla: Labores (siembra y pulverizaciones), Insumos (semillas, fertilizantes, insecticidas y fungicidas) y Gastos de cosecha y comercialización. Aproximadamente el 70 % del área con soja en Entre Ríos afronta un costo de arrendamiento, mientras que el 30 % restante se efectúa en campo propio. Se tomó un valor de arrendamiento equivalente a 8 quintales de soja/ha/año para las zonas Sur y Oeste; y de 5 quintales de soja/ha/año para la zona Norte y 4 quintales de soja/ha/año para la zona Este. Dichas zonas agrupan departamentos de características agroecológicas similares en la provincia: Norte (departamentos de La Paz, Federal, Feliciano y Villaguay), Este (departamentos de Colón, Concordia, San Salvador y Federación), Oeste (departamentos de Diamante, Paraná, Nogoyá y Victoria) y Sur (departamentos de Tala, Uruguay, Gualeguay y Gualeguaychú).
El rendimiento esperado para la soja de primera y de segunda, se estimó en base a las consultas efectuadas a la red de colaboradores. En su informe, indica los valores tomados para el análisis: 20,5 dólares al 20 de marzo; la cotización de la soja al 20 de marzo de 5.700 pesos/t; y los alquileres en qq/ha fijos son de 5 qq/ha para la zona norte, 4 qq/ha zona este y 8 qq/ha para la zona sur y oeste. Según el Siber, la diferencia entre el rendimiento esperado y de indiferencia, arroja un balance negativo para las 700.000 ha implantadas con de soja de primera en campo arrendado y para la zona Este 24.000 ha en campo propio.
El 72 % de la superficie de soja de primera afronta pérdidas significativas. En las zonas Norte y Sur, el productor tendría un retorno positivo que oscilaría entre 80 y 110 kg/ha, lo cual equivale a un ingreso desde 456 a 627 pesos/ hectárea sembrada. Para el caso de la soja de segunda, únicamente la zona Sur y sobre campo propio (25.200 ha) arroja un balance positivo, con un valor de 150 kg/ha (855 pesos/ha sembrada).
El balance es negativo para las 196.000 ha de soja de segunda en campo arrendado y en las 58.800 ha de campo propio de las zonas Norte, Este y Oeste. Se generarían pérdidas entre 50 a 710 kg/ha, lo cual significaría entre 285 a 4.047 pesos/ha sembrada. Por lo tanto, un 91 % de la superficie de soja de segunda en la provincia no cubriría los gastos y tendía un resultado económico negativo.