«Te enterré un perrito ahí», le dijo el jardinero a la dueña de la casa-quinta de Chascomús donde apareció muerta a mazazos la chica desaparecida.

«Mirá que te enterré el perro ahí», le dijo Néstor Garay, detenido como sospechoso por el asesinato de Navila, a la dueña de una casa-quinta de Chascomús. La mujer ató cabos, recordó charlas con Garay (quien trabajaba como jardinero en ese domicilio) donde él contaba que era extorsionado por una menor con la que tenía relaciones, y recordó el caso de Navila Garay, la chica de 15 años que había desaparecido el pasado martes. Su testimonio puso tras las rejas a Néstor Garay, familiar lejano de la víctima, y permitió encontrar los restos de la chica.

El domingo a la mañana declaró en sede policial una mujer que vive en Lanús pero que es dueña de una casa-quinta en Chascomús. Contó que el hombre que cuidaba de su jardín y cortaba el pasto en la vivienda de fin de semana era alguien llamado «Lito» Garay, quien ya había declarado en la causa como testigo. Es que la madre de Navila ya había mencionado a Néstor «Lito» Garay, ya que su hija ya se había referido a él.

 

La dueña de la casa-quinta dijo que Lito la llamó en la semana para decirle: «Mirá, te enterré un perrito ahí en la quinta». La mujer sospechó entonces y se fue con una amiga a la casa de Chascomús. «Me llamó mucho la atención que apenas entramos apareció Lito. No habían pasado ni cinco minutos. Inclusive mi amiga me dijo al oído: «¿Dónde estaba este tipo para entrar atrás nuestro?»», indicó la mujer.

Según publicó Infobae, que tuvo acceso al expendiente de la causa, la mujer aseguró que Garay insistió: «Mirá que te enterré el perro ahí. No toques nada que yo después te acomodo todas las ramas y todo».

La mujer recordó entonces a la chica (que entonces estaba desaparecida) y le preguntó a Lito Garay sobre ella. «Bajó la cabeza, se puso a mirar para abajo, me dijo que era una sobrina lejana. Le pregunté si no estaba preocupado y me respondió: «No, es una trola, debe andar por Ranchos o Lezama con algún macho»», testificó la mujer.

Dijo que advirtió «que el pozo era demasiado grande para un perrito» y decidió declarar «por intuición».

También mencionó conversaciones previas con Garay, en las que el sospechoso dijo que «estaba siendo extorsionado por una mujer», a la que no podía denunciar «porque era menor y estaba teniendo relaciones sexuales» con ella. «Lito me dijo puntualmente que la chica lo amenazaba con denunciarlo por abuso si no le daba plata», indicó.

La fiscal del caso, Daniela Bertoletti, resolvió tras la declaración allanar la casa-quinta, donde se encontró el cuerpo de Navila Garay. Según la autopsia en la morgue judicial de Dolores, la menor recibió 17 mazazos que le provocaron la muerte.