La UAP declara tres días de duelo tras dos accidentes que se cobraron la vida de integrantes de la comunidad educativa
Tras el accidente ocurrido en el puente Victoria Rosario y en la provincia de Misiones, la Universidad Adventista del Plata, decretó tres días de duelo.
En las últimas horas, hemos comunicado información referida a dos accidentes de tránsito que se cobraron la vida de algunos miembros de la comunidad educativa de la Universidad Adventista del Plata (UAP).
El sábado 10 fallecieron la profesora Glenda Bernhardt, Yoselen Bernhardt y Juan Sebastián Dávila, alumno del Nivel Medio. El domingo 11 perdieron la vida los estudiantes Karen Arroyo (Psicología) y Tomás Leguizamón (Contador), junto a los padres de Karen, David y Viviana, y su hermano Santiago.
Ante estas tristes noticias que conmueven a la Institución, informamos que por resolución rectoral, y en memoria de quienes descansan en el Señor, se declaran tres días de duelo institucional, sin suspensión de actividades. El propósito durante estas jornadas es estimular la reflexión respecto del valor de la vida y de la bendición que representan la familia y las amistades, como así también rogar a Dios que su paz llene los corazones de los familiares y amigos que han sufrido estas pérdidas. Que la esperanza del pronto reencuentro con Cristo y con nuestros amados que descansan en Él nos fortalezca en estos momentos de dolor.
Glenda Bernhardt, Yoselen Bernhardt y Juan Sebastián Dávila, perdieron la vida en el accidente ocurrido el sábado en el kilómetro 31 del camino que une Victoria con Rosario, en tanto que otras cinco personas vinculadas a la universidad fallecieron el domingo tras un accidente ocurrido en la provincia de Misiones.
Accidente fatal cobra la vida de Karen Arroyo y Tomás Leguizamón
Karen, estudiante de Psicología, y su primo Tomás, alumno de Contador, viajaban con los padres de Karen, David y Viviana, y con su hermano, Santiago. Lamentablemente, los cinco ocupantes del vehículo perdieron la vida.
Como Universidad acompañamos el dolor de sus familiares y amigos, y nos aferramos a la esperanza bienaventurada del reencuentro con nuestro Salvador Jesucristo y con estos hijos de Dios que descansan aguardando su regreso. La Biblia promete que pronto viviremos por la eternidad en un mundo renovado donde nuestro Dios “enjugará las lágrimas y no habrá muerte ni llanto ni clamor ni dolor”, porque el Creador hará nuevas todas las cosas.
Fuente: WEB de UAP