El partido fue suspendido por los desmanes que armaron algunos hinchas de Newell’s.
Otra vez la violencia le ganó al fútbol. Otra vez un resultado negativo derivó en un escándalo. Y en esta oportunidad los protagonistas de momentos repudiables fueron algunos hinchas de Newell’s, que no pudieron digerir la derrota transitoria a manos de Villa Mitre de Bahía Blanca por 2 a 1.
A medida que se iba bajando el telón del segundo tiempo, los rojinegros comenzaron a expresar su descontento. Primero bajaron las banderas que habían colgado, después comenzaron a cantar contra los jugadores y también contra la dirigencia.

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Minutos más tarde apareció una señal clara de que el ambiente se estaba caldeando. Porque se pudo observar cómo un grupo de hinchas comenzó a cortar el alambrado.
Todo derivó en un escándalo, con hinchas tratando de ingresar al campo de juego a través del tejido, objetos contundentes volando (llegó a volar una mochila de inodoro) y al menos dos policías heridos (uno con un corte).
Los encargados de la seguridad intentaron controlar a los rojinegros con el chorro de agua de una manguera de bomberos, pero no hubo vuelta atrás.
El conflicto se agravó y el árbitro Lucas Novelli suspendió el partido por «decisión de la policía», tal como le dijo a los jugadores de Newell’s.
Pero la historia no terminó ahí. Hubo agresiones hacia los hinchas del conjunto bahiense, y los efectivos policiales ingresaron a la zona donde se encontraban los de Newell’s para intentar controlar la situación.