El acuerdo se formalizó anoche. La discusión de la letra chica del acuerdo llevó prácticamente todo el día, pero el Gobierno ya consiguió lo que quería.

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Anoche, a última hora, firmó un acta acuerdo con los laboratorios nacionales grandes y pequeños, nucleados en la Cámara de Industrias de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (Cilfa) y en Cooperala, para renovar desde el 1º de abril y por un año el contrato de provisión de medicamentos al PAMI , la obra social de los jubilados. Las nuevas condiciones del vínculo contemplan descuentos en el precio de los remedios, precios máximos y un nuevo esquema de licitaciones en la compra de los productos. Hoy habrá una nueva reunión para trabajar en los textos finales del convenio.
El Gobierno, según las fuentes, habría anticipado la intención de acusar a los laboratorios locales de presunta cartelización y de abrir un expediente contra ellos en la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, que depende de la Secretaria de Comercio. Las presiones, dicen, fueron muy fuertes y habría intervenido hasta el presidente Mauricio Macri . En el PAMI, en cambio, negaron ayer la intención de denunciar penalmente a los directivos de las empresas. «No son denuncias penales; en caso de no acordar hubiéramos presentado un amparo como medida preventiva para que no les falten medicamentos a nuestros afiliados», aclararon.

El Instituto Nacional de Servicios de Salud de Jubilados y Pensionados (INSSJP) y la jefatura de Gabinete ya se habían anotado una victoria la semana pasada, cuando rubricaron un acuerdo con los laboratorios extranjeros, nucleados en la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (Caeme). Lo vivieron como una manera de dividir el frente sectorial y aislar a los nacionales, que finalmente acordaron anoche, según informó La Nación.

El convenio pone un tope de aumento en el precio de los medicamentos de hasta 70% de lo que suba la inflación, con ajustes trimestrales, más un descuento del 5% sobre los precios vigentes a febrero. También un sistema de precios máximos en los tratamientos ambulatorios, lo que más resistían los laboratorios locales. Los valores surgen de una fórmula técnica, que se asemeja a un promedio, entre los medicamentos más baratos y más caros de una determinada droga. Se toman sus distintas marcas y tamaños y de ahí surge un precio por miligramo. Los precios tope irán entrando en vigencia progresivamente durante el año por clases terapéuticas, antiulcerosos, hipolipemiantes (contra el colesterol), anti hipertensivos, analgésicos, para el asma y otros. «Los remedios que superan ese precio máximo deberán rebajarlo, no alcanzará con hacer una nota de crédito mayor al PAMI», aclararon.

Los laboratorios nacionales lograron que no se llame «precios máximos» a los topes en los valores, sino «precios PAMI» para evitar que si se consolidan dos valores diferentes para un mismo medicamento otras obras sociales y prepagas, como OSDE o Swiss Medical, reclamen también pagar el precio más bajo.

Análisis Digital