Lanzan un alerta por casos autóctonos de dengue y advierten aumento del riesgo para la fiebre amarilla.

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Fiebre, dolor articular, náuseas. Los síntomas manifestados por ocho jugadores de Colón encendieron la alarma en el club sabalero, ante la sospecha de que podían haber contraído dengue. Finalmente los análisis de los futbolistas dieron negativo, pero el virus transmitido por el mosquito aedes aegypti circula en forma autóctona en Santa Fe -donde pertenece el equipo- y también se registran casos en Misiones, Formosa, Salta y la Ciudad de Buenos Aires, según una alerta epidemiológica emitida por la Secretaría de Salud de la Nación. La cartera sanitaria advirtió que en las primeras semanas del año se vienen registrando casos positivos “en forma sostenida”, por lo que llamó a intensificar la vigilancia. Apuntó también que la situación de la fiebre amarilla en Brasil aumenta el riesgo en las zonas de frontera y para viajeros que no estén vacunados.
El boletín de la Secretaría de Salud de la Nación contabiliza en lo que va del año 35 casos positivos de dengue: 28 sin antecedentes de viaje y siete correspondientes a personas que se habían trasladado a otras zonas antes del inicio de los síntomas.

La transmisión localizada se da en tres áreas Orán y Tartagal (en Salta) y la ciudad de Santa Fe. También hubo casos aislados en Puerto Iguazú (Misiones), Ingeniero Juárez (Formosa) y Ciudad de Buenos Aires. En Capital, de acuerdo al último boletín epidemiológico porteño, cuatro personas contrajeron la enfermedad: tres integrantes de una familia que había vacacionado en Brasil y un chico de 15 años, sin antecedente de viaje, que presentó buena evolución.

“Por el movimiento de personas, todos los años puede haber casos importados. Tiene valor conocerlos porque potencialmente son fuentes de infección para nuestros mosquitos. Pero lo que más nos preocupa es cuando tenemos casos autóctonos, porque con la transmisión localizada, que puede darse hasta mayo, empieza el brote”, explicó a Clarín el jefe de Medicina Tropical y del Viajero del Hospital Muñiz, Tomás Orduna.

La circulación viral este año empezó tarde en comparación con la epidemia de 2016, que dejó 11 muertos. En aquella oportunidad, para fines del año anterior ya se registraba una importante y sostenida transmisión en Misiones y Formosa. El especialista afirma que el retraso en el inicio no es motivo para “cantar victoria”.

Hace 10 años, el inicio de otro brote importante se dio justo para esta época. “No hay predicciones posibles en dengue, excepto que la magnitud de los brotes está fuertemente asociada a la falta de control de mosquitos. Cuantos más haya, más gente presentará cuadro clínico”, enfatizó.

Además del dengue, las autoridades sanitarias instan a “intensificar la vigilancia epidemiológica de casos y sensibilizar la sospecha clínica” de otros arbovirus, entre ellos fiebre amarilla en personas que hayan estado en áreas de riesgo. Es que Brasil está transitando el período de mayor transmisión: ya hubo 12 casos, incluidas seis muertes, en el estado de San Pablo. Y se confirmó un caso en Antonina, en el litoral del estado de Paraná, donde también se hallaron monos muertos. En el período 2016-2017 se registraron en el país vecino 778 casos con 262 muertes, cifras que en 2017-2018 se elevaron a 1.376 y 483 fallecimientos.

La situación “marca el inicio de lo que podría ser una tercera ola y la progresión del brote hacia el sudeste y sur del país”, lo que configura un aumento del riesgo para las áreas limítrofes de Argentina (fundamentalmente Misiones y Corrientes) y para viajeros no vacunados, advierte el reporte de la Secretaría de Salud.

Argentina no tiene casos autóctonos de fiebre amarilla desde 2008. El año pasado, siete turistas no vacunados contrajeron la enfermedad y tres de ellos murieron. “En el noreste, la presión es fuerte por Brasil y hay que vigilar, como lo venimos haciendo. La vacuna para áreas donde está recomendada es fundamental”, subraya Orduna. Deben aplicársela los residentes argentinos en zonas de riesgo; y quienes viajen a zonas con circulación del virus -se recomienda consulta médica previa- preferentemente 10 días antes de la partida.

Deuda en prevención

“Encontramos aedes aegypti en todos lados”, aseguró Nicolás Schweigmann, líder del Grupo de Estudio de Mosquitos (GEM) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, cuyo equipo realiza estudios observacionales para evaluar las variaciones de abundancias del mosquito en la Ciudad.

“En términos de prevención estamos peor que hace 20 años”, se lamentó. “Estuve en marzo en la zona del noroeste. Encontré que el nivel de recipientes y de criaderos es 50 por ciento más que en 1998, cuando fue la primera epidemia de dengue en esa misma zona, en Tartagal. Algo parecido se ve en el noreste, en Misiones. Y acá en Ciudad de Buenos Aires, lo mismo”, describió.

Schweigmann, quien es también investigador del Conicet, carga las tintas sobre la responsabilidad del Estado en la concientización de la población respecto de que la eliminación de recipientes y posibles criaderos del mosquito transmisor es la forma de evitar la circulación del virus; pero también a través del ejemplo, con acciones de descacharrado en instituciones y predios públicos. “Gobierno tras gobierno, se debería haber ejecutado un programa sostenido donde la limpieza y el ordenamiento ambiental tendrían que haber sido permanentes. Hoy eso no ocurre y estamos expuestos a que cuando entre algún virus, como está entrando ahora, haya alta transmisión”, afirmó.

Orduna apuntó también a comunidades e individuos activos. “Si tengo potenciales criaderos en el patio, el balcón o la terraza de mi casa nadie los va a sacar si no soy yo. El Estado debe guiar, generar el estímulo para que se haga”, dice y ejemplifica con los Días D de Brasil, jornadas en las que se impulsa el descacharrado a nivel domiciliario, barrial y estatal.

Consejos para evitar la reproducción del Aedes aegypti

✔️Evitar arrojar recipientes o basura en lugares como patios, terrazas, calles y baldíos, en los que pueda acumularse agua.

✔️Mantener los patios y jardines desmalezados y destapar los desagües de lluvia de los techos.

✔️Eliminar el agua de los huecos de árboles, rocas, paredes, pozos, letrinas abandonadas y rellenar huecos de tapias y paredes donde pueda juntarse agua de lluvia.

✔️Enterrar o eliminar todo tipo de basura o recipientes inservibles como latas, cáscaras, llantas y demás objetos que puedan almacenar agua.

✔️Ordenar los recipientes útiles que puedan acumular agua, poniéndolos boca abajo o colocándoles una tapa.

✔️Mantener tapados los tanques y recipientes que se usan para recolectar agua.

✔️Eliminar el agua de los platos y portamacetas, colectores de desagües de aire acondicionado o lluvia, dentro y fuera de la casa.

✔️Mantener limpias, cloradas o vacías las piletas de natación fuera de la temporada.