Las casas de cambio en Uruguay piden hasta $1.000 argentinos por dólar

Si un turista viaja a Montevideo con pesos argentinos tiene que considerar que en las casas de cambio y bancos de Uruguay le costará entre 804 a 1.010 pesos comprar un solo dólar. Cerca del doble de lo que vale comprar un billete estadounidense en el microcentro porteño.

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La escalada del dólar blue de abril y la alta tasa de inflación debilitan al peso de manera local, pero también tiene su impacto en países como Uruguay, donde se paga cada vez menos por la moneda argentina, ya que adquirir un dólar en Montevideo cuesta más de 1.000 pesos.

Es decir, vale más del doble de lo que sale comprar un billete estadounidense en el microcentro porteño (alrededor de 470 pesos) y de la cotización de los dólares financieros, ya que el MEP y el contado con liquidación (CCL) se ubican en torno a los 435 pesos.

Incluso, es más caro que el llamado dólar “Tarjeta” o “Qatar”, que representa al tipo de cambio oficial con un recargo impositivo de 100 por ciento por pagar con tarjetas de crédito y débito y tiene una cotización cercana a los 470 pesos.

De este modo, si un turista viaja a Montevideo con pesos argentinos tiene que considerar que en las casas de cambio y bancos de Uruguay le costará entre 804 a 1.010 pesos comprar un solo dólar estadounidense.

Si bien desde hace años los países vecinos se fueron “cubriendo” de la inestabilidad del peso argentino, las entidades bancarias “charrúas” siempre tuvieron un precio implícito mucho más alto en pesos argentinos para adquirir divisas norteamericanas que las casas de cambio uruguayas.

De hecho, desde hace meses que mantienen un valor cercano al actual, por encima de los 800 pesos por unidad, pero luego de la corrida cambiaria de la semana pasada se observó un fenómeno particular: se “emparejó” la cotización de las casas de cambio con la de los bancos.

Los principales factores se vinculan a la incertidumbre política y económica que se vive en la Argentina, sobre todo en un contexto de alta inercia inflacionaria, que según diversos economistas se ubicará en todo 2023 en alrededor de 120 por ciento.

A ello se le agrega la escalada del dólar libre de las últimas semanas, la presión cambiaria por la escasez de reservas en el Banco Central y la volatilidad que traen las elecciones presidenciales.

La actualidad de la Argentina genera que el peso argentino sea mal visto en el exterior.

De hecho, en el último año se la paga un precio cada vez más bajo. En este sentido, la moneda nacional tiene cada vez un menor valor real por la devaluación diaria que sufre frente a la moneda estadounidense, por lo que desincentiva a las casas de cambio y bancos “acumular” billetes que pierden poder de compra de forma constante.

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