Lo Celso e Icardi, dos caras de la renovación
Si bien el ciclo de Jorge Sampaoli todavía tiene el respirador artificial, el sello de involución y confusión que tuvo su gestión durante el Mundial 2018 provocaría su salida. Sólo un milagro haría que el Zurdo se mantenga en el cargo. Igual, nunca es aconsejable contar el número 10 antes que el 9 y la verdad es que por el momento zafa porque Claudio Tapia se tomará unos días antes de volver a la carga para instarlo a que se vaya. Además, Chiqui esperará el regreso desde Europa de Daniel Angelici, su fiel escudero en la misión de desgastar al técnico casildense, y recién ahí se reunirán con Sampaoli para arreglar una salida elegante y que sea lo menos costosa posible desde el punto de vista económico y político.
Mientras se define la vida deportiva de Sampaoli, lo que dejó la selección argentina en lo relacionado a lo futbolístico en su paso por Rusia es tierra arrasada. Debajo de cada estadio en los que disputó los cuatro partidos aún se mueven escombros de un equipo que retrató la decrepitud de los planteos erróneos de Sampaoli. También hay ruinas sobre el nivel de varias individualidades que seguramente ya no estarán más al servicio de la camiseta celeste y blanca. Algunas por deserción propia y otras porque quedarán pisoteadas por la inminente renovación de nombres que se impone desde el mismo instante en que se consumó la eliminación mundialista contra Francia.
Con Sampaoli o con cualquier otro entrenador, hay que empezar a reconstruir todo con el nacimiento de un nuevo ciclo. Rusia fue un suceso bisagra. Ya nada será igual a partir de la catástrofe que ocurrió en los octavos de final. La imagen de los jugadores argentinos en el final del partido agradeciéndoles a los hinchas semejante apoyo en el Arena Kazán, con el paso de los días se transformará en una foto sepia para su dudosa recopilación. Aquel que la cajonee, la guarde en la pantalla del celular, computadora o cualquiera de las herramientas tecnológicas que tenga a disposición convivirá con una tortura.
Que la gente haya reconocido el esfuerzo del plantel no exonera a estos jugadores del pésimo mundial que disputaron. Muchos por no decir la mayoría, ya no estarán en el próximo proyecto. Se inaugura un tiempo en el que un buen número de representantes surgidos de la prolífera cantera rosarina le darán nuevos bríos a la selección que se viene. Ojalá sean las caras visibles de un futuro sin lastre ni cuentas pendientes.
Sin dudas, a la cabeza de ese proyecto se ubican Mauro Icardi (25 años) y Giovani Lo Celso (22 años). Dos jugadores que formaron parte del ciclo de Sampaoli, aunque al ex volante de Central también lo alcanzó la onda expansiva del fracaso en suelo ruso. Justamente la nula participación de Gio en los encuentros que jugó Argentina se convirtió en una de las evidentes contradicciones en las que cayó Sampaoli durante la preparación en Bronnitsy. El pibe que la descose de tanto en tanto con la camiseta de PSG era una de las debilidades del Zurdo. Incluso, no había un enviado especial que no lo mencionara con más chances que ningún otro, a excepción de Messi, para ser titular en el debut contra Islandia. Vaya a saber qué pasó en el medio o qué sugerencia recibió Sampaoli, lo concreto es que Lo Celso vivió sentado en el banco de los suplentes y ni siquiera sumó un minuto en cancha. Se descuenta que será uno de los sobrevivientes del naufragio y es una convocatoria cantada para los próximos partidos de la selección argentina. Esté o no Sampaoli, ahora sí no habría motivos sustentables para no llamarlo. Sin Biglia, Mascherano y tampoco habría más lugar para Banega, a no ser que aparezca algún pibe que la deje chiquita, Lo Celso debería ser seguro parte del flamante ciclo.
Además, arrancaría con una convivencia mundialista en el lomo y ya no habría que explicarle qué es fracasar con la camiseta del seleccionado. Lo que se dice llegaría bien curtido y avispado para no repetir errores.
Haciendo un poco de revisionismo, la situación que más entrampó a Sampaoli para llevar adelante su ciclo con menos dosis de contaminación ambiental fue la no inclusión de Mauro Icardi en la lista de los 23 que llevó a Rusia. Por presente futbolístico, plenitud física y porque hubiera aportado soluciones y un aire de renovación, debió haber viajado. Hoy luce incompresible que el Zurdo lo haya dejado afuera de una nómina en la que llevó a Agüero lesionado y a Higuaín acobardado por el maltrato del hincha. Ahora que pasó el tiempo y la herida que abrió Francia sigue provocando hemorragias, hay que contar la verdad. Icardi no fue porque nunca fue aceptado por el grupo de los históricos. Esto no quiere decir que Messi o Mascherano le hayan bajado el pulgar o le hayan dicho directamente a Sampaoli que no lo citara. Simplemente el entrenador casildense eligió el camino de lavarse las manos y no generar un conflicto interno en la previa al mundial por un jugador que él creía que tenía reemplazante en el plantel.
Icardi es una fija
El facilismo del diario del lunes demostró que Sampaoli estaba equivocado. Por eso Icardi es la chica hermosa con la que todos ahora quieren ponerse de novio. No hay que imaginarlo más afuera del predio de Ezeiza. Más ahora que se abre un período en el que Messi perderá voz de mando y liderazgo ya sin sus compinches Mascherano, Biglia y otros de los pesados que seguramente ya miran la puerta de salida con la crueldad de haber dejado todo sin haber ganado nada.
Pero Rosario no sólo aportará a partir de ahora a Icardi y Lo Celso, como dos de los más potables que encabezarán el recambio generacional. También habrá lugar para que el entrenador que esté pruebe las buenas condiciones que tiene Franco Cervi (24 años), ya consolidado como pieza de difícil sustitución en Benfica. El ex volante de Central, quien compartió plantel con Lo Celso en el equipo de Chacho Coudet que maravilló al fútbol argentino pero no pudo ganar un título, estuvo en una preselección hace unos meses para ser citado para una gira por Europa. Al final se quedó en el corte y no participó del proceso de Sampaoli. Ahora tendría la oportunidad de mostrar sus condiciones en una posición en la que Angel Di María, más allá de que fue el único que se preocupó por poner en partido a Argentina ante Francia (anotó un golazo e el 1-1), no tendría más hilo en el carretel para seguir vistiendo la camiseta de la selección.
El arco de la selección argentina tendrá nuevo dueño. Sergio Romero, Wilfredo Caballero y Franco Armani amontonan experiencia, pero también pocas soluciones. Nahuel Guzmán siempre saldrá bien parado de esto porque casi nunca ataja. Y en la danza de nombres de los nuevitos apareció uno que irrumpió de manera fulgurante en Newell’s y luego tuvo que buscar refugio en Defensa y Justicia para afirmarse en el puesto. Se trata de Ezequiel Unsain (23 años), quien ya sabe lo que es estar al menos en una preselección argentina, aunque quedó como arquero de reserva del plantel que disputó los Juegos Olímpicos Brasil 2016. Ahora ya estaría preparado para dar el gran salto. Condiciones no le faltan: agilidad, buen manejo con los pies, reflejos de gato y fuerte mentalmente. Unsain está convencido de que le llegó el momento de reinsertarse en el arco de la selección luego de un bajón futbolístico y anímico que desembocó en la salida de Newell’s.
Este proceso que se acabó en Rusia mostró una fuerte impronta de jugadores formados en el vivero rosarino. Messi, Di María, Banega, Lo Celso, Ansaldi, Guzmán y hasta Armani, quien se formó en Casilda, y Mascherano, oriundo de San Lorenzo y un producto de Renato Cesarini. Ahora lo que viene también tendrá la marca indeleble rosarina. Icardi y Lo Celso, Newell’s y Central, se ubican en la pole position de ese recambio generacional que se impone sí o sí luego de la bofetada francesa en Kazán.
Más nombres seleccionados
De los jóvenes futbolistas que estuvieron en Rusia, sin dudas seguirán en carpeta Tagliafico, Acuña, Meza, Pavón y Dybala. También Lanzini, que se tuvo que volver por una lesión ligamentaria. Y en proyección asoman Gerónimo Rulli, Emanuel Mammana, Fabricio Bustos, Leandro Paredes, Matías Kranevitter, Santiago Ascacíbar, Angel Correa, Ricardo Centurión, Erik Lamela, Lucas Ocampos, Ezequiel Barco, Joaquín Correa, Luciano Vietto y Lautaro Martínez, entre varios.