La selección argentina quedó eliminada de Australia-Nueva Zelanda 2023 tras perder 2 a 0 contra Suecia. Luchar y apostar por el futbol femenino del país, el norte a seguir en los próximos años

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Argentina terminó su participación en el mundial de Australia-Nueva Zelanda 2023 tras perder 2 a 0 con Suecia, una de las potencias. El partido y el torneo que hizo el seleccionado albiceleste deja muchas lecturas, sobre lo futbolístico pero también del camino que empieza a desandar desde hoy.

Se habla del proceso hasta el cansancio porque el contexto obliga a hacerlo. El plantel argentino demostró estar a la altura y dio la cara y el cuerpo en cada partido para poder sentar las bases de lo que será el femenino dentro de unos años. Más temprano que tarde será protagonista.

Argentina, con algunos cambios, comenzó el partido con actitud y le hizo fuerza a las suecas, en su mayoría suplentes, ya que estaban clasificadas a octavos. Aunque no pudo convertir en la primera parte, la posesión y el control de la selección nacional pesó más que la potencia sueca.

Ya en el segundo tiempo, el partido se desinfló e incluso no hubo tantas ocasiones de gol. El primer tanto llegó a los 66 minutos en una jugada que coronó con oficio y jerarquía la delantera Rebecka Blomqvist.

La albiceleste siguió luchando porque estaba a dos goles de hacer historia. Futbolísticamente y físicamente marcaron diferencias las suecas, pero el equipo de Germán Portanova hizo frente a eso. A los 90, sobre el final, llegó el penal y primer gol de Rubensson en un Mundial que decretó el 2 a 0.

Argentina quedó eliminada pero la imagen que deja va más allá de un resultado circunstancial: lo mejor está por venir porque la lucha del fútbol femenino seguirá.

Hay dos fotos. De un lado, las jugadoras que ya tienen más de tres mundiales encima, tristeza y decepción que se refleja en la cara de Estefania Banini, quien confirmó que no jugará más con la celeste y blanca y dijo que le “duele irse así”.

También lo expresa Mariana Larroquete al hablar en conferencia de prensa del dolor que significaron las caídas ante las potencias del grupo como Italia y Suecia.

Pero del otro lado está la nueva generación que debutó en este Mundial. Representa la sonrisa y el orgullo, alejada de los reproches, que genera un plantel que recién comienza su camino. Es la cara, por ejemplo, de Dalila Ippólito, la 10 de la selección.

El combinado de Portanova termina otra participación en una Copa del Mundo y acumula 12 partidos en total. El rival de la despedida fue Suecia, una selección con casi 25 años de fútbol profesional.

Argentina deberá prestar atención a su liga y las inferiores en la búsqueda de paridad entre el fútbol masculino y el femenino. Se necesita darle estructura y herramientas a todas aquellas que quieran ser futbolistas para que la nueva generación pueda estar a la altura de las potencias, como Estados Unidos o la mencionada Suecia.

El análisis de esta participación de la selección en el Mundial marca un punto de continuidad. El próximo debe mostrar otro crecimiento. Siempre, lo mejor está por venir. Con el apoyo del mundo del fútbol, por supuesto, pero también con los medios de comunicación, que tuvieron un rol importante en Australia-Nueva Zelanda 2023 para darle visibilidad y relevancia al fútbol argentino.