accidente de tránsito

Argentina presenta altos niveles de mortalidad por incidentes de tránsito. Uno de cada tres fallecimientos en ese contexto corresponde al consumo de alcohol.

Los siniestros viales fatales aumentaron casi un 9% en el país este cuatrimestre con respecto al mismo período del 2020, de la mano del relajamiento de algunas medidas restrictivas en la movilidad debido a la evolución de la pandemia, en un contexto donde las muertes por este motivo no ceden.

En tanto, fuentes de la Sedronar advirtieron a Télam que, durante el año y un mes de restricciones por la pandemia en el país, se presume que el consumo excesivo de alcohol aumentó en adultos, pero disminuyó en jóvenes, quienes realizan en su mayoría esa práctica en espacios de sociabilidad.

Sin embargo, una de cada cuatro personas que ingresó a guardias hospitalarias de la provincia de Buenos Aires por siniestros viales consumió alcohol durante las 6 horas previas, mientras la gravedad de las lesiones aumentó en automovilistas y motociclistas que consumieron esa sustancia psicoactiva, según un informe realizado en el 2019 –el último disponible-, a cargo del observatorio de seguridad vial de la Sedronar.

Con respecto a los siniestros viales, durante el primer cuatrimestre de este año –desde el 1 de enero al 24 de abril, en rigor- ocurrieron 1.046 hechos viales fatales en las 24 jurisdicciones argentinas, un 8,84% más que en 2020 en ese mismo período, en el cual se registraron 961, según se desprende del reporte semanal de siniestralidad 2021, de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV).

El contexto pandémico

Desde el 20 hasta fin de marzo del 2020 el país entró en Fase 1 de aislamiento estricto, donde la movilidad de la población se redujo a un 10% en todo el país, mientras que hasta el 12 de abril se pasó a la fase 2, donde la movilidad llegó al 25%.

Desde mitad de abril a principio de mayo del 2020 comenzó la segmentación geográfica, con hasta el 50% de la movilidad de la población.

En tanto, la primera semana de enero de 2021, continuó la fase de DISPO, con movilidad de la población sin restricciones, solo con distanciamiento, a excepción de las localidades rionegrinas de Bariloche y Dina Huapi y Puerto Deseado, de la provincia de Santa Cruz.

Del 8 de enero de este año al 7 de abril, recomenzaron las reducciones variables en la movilidad; mientras que desde el 8 de abril se dispuso el cese de la circulación nocturna desde las 20 hasta las 6 de la mañana.

Y desde el 16 de abril, se agregó que el uso del transporte público solo debía ser utilizado por esenciales, además de la virtualidad escolar.

En línea con estas modificaciones, los datos preliminares del informe señalan que los siniestros viales fatales de este año, disminuyeron de enero a abril, de 295 a 240.

Las ciudades argentinas con peor ranking

Buenos Aires, que figura como la jurisdicción con mayores siniestros y víctimas fatales en valores absolutos, este cuatrimestre presentó 260 y 287 respectivamente; Córdoba, en segundo lugar, con 118 siniestros y 131 víctimas fatales y Santa Fe, 100 y 114.

Sin embargo, la Ciudad de Buenos Aires tiene una de las tasas más bajas cada 100 mil habitantes de siniestros y víctimas fatales: en 2020, figuraba en 2,3% y 2,6%, respectivamente, mientras que Santiago del Estero ocupaba el primer puesto con 15,1% en siniestros y 15,4% en fallecidos, sobre una tasa total de siniestralidad fatal cada 100 mil habitantes de 6,1% y de mortalidad de 6,9%.

Mientras la mitad de estos hechos fatales ocurren en rutas (52%), casi la mitad de las víctimas se concentra entre los 15 y 34 años y el número de varones fallecidos casi cuadruplica al de mujeres fallecidas, un 87% contra un 22%.

A su vez, se mantiene el patrón desde hace años donde los motociclistas continúan siendo las principales víctimas fatales, 1 de cada 2 fallecidos se trasladaban en ella.

Sin embargo, durante la ASPO la Sedronar afirmó a Télam que las prácticas de consumo de las y los jóvenes “se vieron alteradas donde el consumo de alcohol disminuyó considerablemente debido a la imposibilidad de acudir a espacios sociales o festivos, debido a que la mayoría de este grupo etario consume alcohol casi exclusivamente en eventos sociales”.

Por el contrario, se registró un aumento del consumo de alcohol en adultos, al ser incorporado en otros momentos de la semana, circunscripto a relajación de normas de trabajo y sociales.

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