Macri se puso al frente de las negociaciones con la oposición.Mauricio-Macri-en-el-CSIS-1920-5

El Presidente de la Nación, Mauricio Macri, se puso al frente de las negociaciones entre el gobierno y la oposición para plasmar puntos de consensos. El Jefe de Estado se comunicó personalmente este viernes con el senador rionegrino del Frente para la Victoria, Miguel Pichetto; con el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey y con el ex ministro de Economía y posible candidato presidencial, Roberto Lavagna, quien por la mañana había criticado el borrador que circuló el jueves. En la comunicación con el economista “hubo una discusión”, según confirmaron desde el oficialismo.

El mandatario también llamó a Sergio Massa, según confirmaron en el entorno, aunque el tigrense le pidió hablar en las próximas horas y durante la tarde del viernes brindó una conferencia de prensa en la que dejó sentada su postura crítica hacia la propuesta del gobierno.
Pichetto y Urtubey se mostraron disponibles, pero el diálogo telefónico entre Lavagna y el Presidente fue tenso. “Estamos en el mismo lugar, porque es un contrato de adhesión y no está proponiendo una metodología de consenso”, le espetó el ex ministro de Néstor Kirchner, que había criticado en declaraciones y vía Twitter todos los puntos del borrador, que publicaron los medios.

“Hubo una discusión, no entendió que no tenemos que estar de acuerdo en todo”, lamentaron en el oficialismo. Aseguran que Rogelio Frigerio “no tuvo tiempo” de conversar con el ex ministro de Economía. Consideraban que el enojo de Lavagna fue por “la forma” y porque se enteró de la noticia a través de los medios, igual que buena parte del Gabinete.

En el gobierno se tomaron con calma el desaire del economista. Consideran que el “círculo rojo” -empresarios y medios- y el mercado recibieron con muy buenas expectativas la idea de los consensos. Confían en que ese detalle no permitirá que el ex ministro o Massa se alejen demasiado. “Ya no nos quedamos solos”, juzgan sobre el eco que tuvo la noticia.

 

El ministro del Interior, en tanto, seguirá tendiendo puentes con otros opositores, aunque no está claro cómo será la modalidad de las conversaciones ni del hipotético documento que pueda surgir de las mismas.

¿Bastará con una fotografía? ¿Los encuentros serán públicos? En la Casa Rosada todavía no hay respuestas. Macri, mientras tanto, pisó el acelerador.

El Presidente ya había conversado a solas con el jefe de la bancada del PJ en el Senado, el referente de la oposición que más valora. Esta idea empezó a gestarse luego de escuchar las declaraciones de Pichetto en Nueva York. El rionegrino le pidió a Frigerio incluir a las pymes en el documento y a los sindicatos en la convocatoria. En el gobierno no lo descartaron.

Las negociaciones avanzaron a otra velocidad desde el último fin de semana. Ya habían hablado con Urtubey y también con Massa, que tiene línea directa con su amigo, el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta. Martín Lousteau también fue consultado y, según dijeron en Balcarce 50, habría dado su visto bueno.

En el oficialismo creen que algunos interlocutores los traicionaron. Los dardos apuntan a Sergio Massa, aunque nadie atacará al tigrense en público. Por el contrario, Frigerio -en declaraciones a Mitre- ponderó el discurso del ex intendente de Tigre, que había exigido un diálogo al oficialismo. El Presidente planeaba volver a llamarlo después de la dura conferencia de prensa del líder del FR.

Por la mañana, Macri había ampliado su convocatoria a un gobernador amigable con la Rosada, como el neuquino Omar Gutiérrez, con quien compartió un viaje en helicóptero para llegar a Vaca Muerta. “Es importante construir acuerdos básicos en donde pongamos por delante el país”, dijo el referente del MPN. El foco en principio estará puesto principalmente en los dirigentes con aspiraciones nacionales.

El socialista Miguel Lifschitz, cercano a Lavagna, visitó a Frigerio en la Rosada. Hablaron de biocombustibles, pero no avanzaron sobre un posible acuerdo.

El ministro político también dio aviso a sus aliados radicales, el jujeño Gerardo Morales y el mendocino Alfredo Cornejo. El jefe de la UCR sorprendió este jueves, en una conferencia de prensa, al pedir que Cambiemos se amplíe e incluya a los referentes de Alternativa Federal.

En el Ejecutivo pidieron mirar el “vaso medio lleno” y subrayar que Cornejo habló “con la camiseta de Cambiemos”. Al mismo tiempo, relativizaron la posibilidad de que -como pidió el mendocino- los consensos tengan su correlato electoral. “Ya no hay tiempo para eso”, advierten.

En el Gobierno no piensan en excluir al kirchnerismo de manera explícita. Sin embargo, nadie tiene expectativas de que se sumen a la firma de un documento que los expondría a contradicciones internas o a reconocer la manipulación del INDEC.

En el oficialismo pretendían que los consensos no tuvieran dueño o que fueran una sugerencia de la oposición. Los tiempos se aceleraron. Otros puntos que hoy no figuran en el borrador que circuló, como Vaca Muerta, podrían ser incluidos. Incluso -sugieren algunos- podrían ser menos de los 10 puntos que se divulgaron u otros.

El ex presidente del gobierno español Felipe González -que el jueves se reunió con Macri- relató la experiencia que le tocó vivir más de cerca y de la que el macrismo siempre renegó: el Pacto de la Moncloa. “Con la comida no se jode. Definan ustedes qué es la comida y acuerden”, sostuvo el dirigente español en reuniones privadas.

Al final de su mandato, “por convicción o necesidad”, Macri da señales de mayor apertura. Primero, con los radicales y ahora con la oposición. Algunos de los principales impulsores de esas políticas celebran la decisión del Presidente. “Mejor tarde que nunca”, repiten. Lo mismo señalaban con las medidas económicas de las últimas semanas, como los Precios Esenciales, en las antípodas de la ideología presidencial.