Messi alimenta las dudas en plena crisis del Barça
Leo Messi no parece dispuesto a jugar el mismo partido que ha dispuesto Josep Maria Bartomeu para su último año de mandato como presidente del FC Barcelona. Ni siquiera la contratación como entrenador de Ronald Koeman, símbolo del barcelonismo desde el gol de Wembley 92, ha atemperado la ira del capitán del Barça. La reunión organizada este jueves por el técnico con el jugador, que está de vacaciones, solo sirvió para confirmar que la crisis es institucional y no deportiva como sostenía Bartomeu, ahora mismo pendiente del mal humor del 10. Messi tiene en jaque al Barça.
La continuidad del rosarino continúa más en suspense que nunca después de su encuentro con Koeman. Las dudas embargan a Messi, frustrado por el 2-8 de Lisboa, y por la política deportiva de Bartomeu. Rac1 informó de que el argentino le ha comunicado al entrenador que no ve claro su futuro en el club azulgrana y le ha asegurado además que se ve más fuera que dentro del Barça. Messi es consciente de todas maneras de la dificultad que tiene para liberarse del vínculo con el Camp Nou: tiene contrato hasta 2021, su cláusula de rescisión es de 700 millones y cobra unos 50 millones de euros netos.
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Ningún portavoz de la entidad quiso comentar las palabras del jugador ni el almuerzo con Koeman. Hay la sensación, sin embargo, de que Messi quiere mantener un pulso con la directiva por amor propio y también en calidad de capitán y por tanto representante de los jugadores veteranos que están siendo cuestionados por Bartomeu. A nadie se le escapa que uno de los señalados es Luis Suárez, íntimo amigo del 10. El entrenador, sin embargo, prefiere una negociación particular, con cada uno de los jugadores afectados por el plan de choque anunciado por la directiva, después de distinguir a Messi como la piedra filosofal de su proyecto en su regreso al Camp Nou. Koeman quería saber desde el inicio si puede contar o no con Messi.
La contratación del holandés y sus declaraciones en favor de Messi en su presentación abonaban la reconciliación del jugador con el Barça. El argentino no tenía una buena relación con el técnico Quique Setién, destituido de mala manera, con un comunicado que no agradecía sus servicios, ni con el secretario técnico Abidal, quien renunció al año de contrato que le quedaba y salió del club con un duro comunicado: “En los dos últimos años he intentado realizar cambios que creía muy importantes para el futuro del primer equipo. A pesar de mi convencimiento e insistencia no lo he conseguido”, escribió Abidal.
Las despedidas de Abidal y Setién y los gestos de Koeman no han calmado al 10. El técnico aspira a que ahora el argentino se ponga al servicio del Barcelona después de que durante mucho tiempo el equipo y el club hayan vivido a expensas del 10. No hay socios que valgan para el rosarino, sino que los compañeros de juego serán elegidos por Koeman. Messi siente, en cambio, que debe actuar como capitán y responder a las declaraciones de Bartomeu por señalar a los veteranos y citar incluso una lista de jugadores intransferibles, relación que no fue confirmada ni desmentida por Koeman.
A sus 33 años, Messi, en cualquier caso, es consciente de las dificultades que tendrá si decide dejar el Barcelona. Tiene contrato en vigor y difícilmente encontrará a un equipo dispuesto a pagar su cláusula y sueldo cuando puede quedar libre en seis meses y en un momento en que, por lo demás, los efectos de la pandemia han alterado el mercado; no se esperan grandes operaciones para los próximos meses a la espera de que concluya la Champions.
Los que quieran estar
Messi podría optar por esperar a enero y empezar a negociar con el equipo que apostara por sus servicios o por el contrario renovar por el Barcelona. Koeman, de todas maneras, advirtió que solo contará con los jugadores que quieran estar en el Barcelona. El holandés aspira a vertebrar un proyecto ganador, precisamente la petición del 10, que siente que pasan los años y aspira a ganar cuanto menos una Champions más después de las cuatro logradas, la última en Berlín 2015.
El panorama todavía es más complejo si se tiene en cuenta que el 15 de marzo próximo se celebrarán elecciones a la presidencia del FC Barcelona y algún precandidato ya ha anunciado que espera convencer y contar con el apoyo de Messi. La actual directiva, mientras, insiste en que ha dispuesto las mejores condiciones para la continuidad del jugador, cabeza de cartel de la nueva generación en lugar de ser el punto final de la vieja, y, por tanto, si se va será una decisión unilateral, para nada propiciada por Bartomeu. El presidente se siente tan atrapado como Messi.
PEDRI, EN SU PRESENTACIÓN: “ESPERO QUE MESSI SE QUEDE”
Desde que el Barcelona se desintegró en la semifinal de la Champions contra el Bayern (2-8), todas las miradas y las expectativas se han dirigido a Leo Messi, quien se ha mantenido en silencio. Pero no ha habido movimiento del club en el que no haya sido mencionado el capitán, en el que los participantes no se hayan referido al futuro del 10, siempre manifestando la esperanza de que alargue su estancia en el club. Lo hizo el martes el presidente, Josep Maria Bartomeu, en la sesión con periodistas invitados a la televisión del club. Lo hizo al día siguiente Ronald Koeman en su presentación como nuevo entrenador del Barça en sustitución del fulminado Quique Setién. Y lo hizo también este jueves Pedri, después de firmar su contrato con el Barcelona.
En su primera comparecencia pública como futbolista azulgrana, acompañado por Ramon Planes, nuevo responsable de la secretaría técnica, y por Bartomeu, el canario aludió a Messi. “Mi ídolo es Iniesta, pero ahora espero de aprender del mejor y que se quede”, señaló en alusión al futuro del capitán que el propio argentino ha querido mantener en el aire.
La enorme sombra de la duda sobre las intenciones del 10 planeó también en un acto que miraba con esperanza al futuro. “Pedri es, probablemente, el jugador con más talento de su generación en toda Europa”, dijo Bartomeu.