Neymar publicó una extensa carta contra el racismo tras el escándalo PSG-Olympique Marsella
Neymar acusó después del partido de este domingo al español Alvaro González de haberle proferido insultos racistas, algo por lo que recibió este lunes no solamente el respaldo del PSG sino del propio presidente brasileño, Jair Bolsonaro.
El brasileño Neymar fue el epicentro del escándalo que se registró en el partido de este domingo que su equipo, Paris Saint Germain (PSG), perdió como local por 1 a 0 ante Olympique Marsella, por la Ligue 1 de Francia, que derivó en un enfrentamiento entre futbolistas de ambos equipos que se llevó puestos con tarjetas rojas a cinco futbolistas, entre ellos, además del exBarcelona, los argentinos Leandro Paredes, del local, y Darío Benedetto, de la visita.
El partido venía cargado de antemano por las burlas que había manifestado en sus redes sociales el jugador del Marsella, Dimitri Payet, cuando PSG perdió la final de la Champions League ante Bayern Múnich, ya que Olympique es el único club francés en haber ganado la «Orejona» en la historia.
Y la siguió este lunes Payet en sus redes sociales publicando una foto articulada en la que aparece con un perrito en sus manos que tiene la cara de Neymar llorando.
Pero la respuesta a todo lo sucedido llegó también por la misma vía, las redes sociales, a través de una extensa carta publicada por Neymar en la que saca a la luz un tema tan sensible como la discriminación y el racismo, que cuenta con el siguiente contenido:
«Ayer me rebelé. Me castigaron con tarjeta roja porque quería golpear a alguien que me ofendía. Pensé que no podía salir sin hacer nada, porque me di cuenta de que los responsables no harían nada, no percibirían o lo ignorarían. Durante el partido quise responder como siempre, jugando al fútbol. Los hechos demuestran que no lo logré, me rebelé.
En nuestro deporte las agresiones, los insultos, palabras fuera de lugar, disputa, son comunes, no se puede ser cariñoso y entiendo que eso es parte del juego. Pero el prejuicio y la intolerancia son inaceptables.
Yo soy negro. Hijo de negro. Nieto y bisnieto de negros. Tengo orgullo y no me veo diferente a nadie. Ayer quería que los responsables del juego (árbitro y auxiliares) se posicionaran de modo imparcial y entendieran que no cabe tal actitud prejuiciosa.
Reflexionando y viendo tantas manifestaciones sobre lo que ocurrió, estoy triste por el sentimiento de odio que podemos provocar cuando nos rebelamos en un momento de calentura.
¿Debería haberlo ignorado? No lo sé todavía. Hoy, con la cabeza fría, respondo que sí. Pero a su debido tiempo mis compañeros y yo pedimos ayuda a los árbitros y nos ignoraron. Este es el punto.
Nosotros que estamos dentro del entretenimiento necesitamos reflexionar. Una acción llevó a una reacción y llegó donde llegó. Acepto mi castigo porque debería haber seguido el camino de la disputa limpia del fútbol. Espero, por otro lado, que el defensor (Alvaro González, no lo nombra) sea castigado.
El racismo existe. Existe. Pero tenemos que pararlo. No más. Basta. El tipo fue un tonto. Yo también lo fui por dejarme llevar. Yo todavía tengo el privilegio de mantenerme con la cabeza levantada, pero todos necesitamos reflexionar que no toda las personas negras y blancas están en la misma condición. El daño de la confrontación puede ser desastroso para ambos lados, ya seas negro o blanco. No quiero y no deberíamos mezclar asignaturas, porque el color de piel no se elige. Ante Dios somos todos iguales.
Ayer perdí, me perdí en el juego, y me faltó sabiduría. Estar en el centro de esta situación o ignorar un acto racista no va a ayudar. Lo sé. Pero pacificar este movimiento antiracismo es nuestra obligación para que los menos privilegiados naturalmente reciban su defensa. Nos vamos a encontrar nuevamente (otra vez no nombra a González) y, de mi parte, va a ser jugando al fútbol…
Quedate en paz. Quedate en paz. Vos sabés lo que dijiste (le sigue apuntando al futbolista español sin mencionarlo), yo sé lo que hice. Más amor al mundo», cerró Neymar Junior.
Layvin Kurzawa, de París Saint Germain, y Jordan Amavi, de Olympique, fueron los otros dos expulsados junto a Neymar, Paredes y Benedetto, mientras que otro argentino, Ángel Di María, podría ser sancionado de oficio por escupir al mencionado Alvaro González en medio de la refriega, algo que está penado a partir de la pandemia de coronavirus.