Franco Odorisio falleció el 24 de mayo pasado en el hospital Centenario, luego de descompensarse en una fiesta electrónica en Metropolitano. La Fiscalía ordenó la autopsia y todavía se esperan los resultados de los exámenes toxicológicos. A partir de allí, se siguieron organizando shows multitudinarios en ese mismo lugar. ¿Cambió algo?

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Franco Odorisio tenía 19 años cuando el pasado 24 de mayo decidió viajar de su Corral de Bustos, en el sur de la provincia de Córdoba, a Rosario, para asistir junto a su primo a la fiesta electrónica en el salón Metropolitano, donde se presentaría el famoso DJ israelí Guy J. En medio de rave, Franco se descompensó y fue asistido en el lugar. Lo trasladaron de urgencia al hospital Centenario con un cuadro de hipertermia, según consta en el informe médico oficial. Lograron reanimarlo de un primer paro cardiorrespiratorio, pero su cuerpo no resistió el segundo. «Era un chico sano, jugaba al básquet y atendía la ferretería de su padre», comentaban los corralenses por esos días, consternados por la muerte del chico. ¿Qué le pasó a Franco aquella noche? ¿Qué cambió en las fiestas que se realizaron luego en ese mismo lugar?

Las fiscales Mariana Prunotto y Mariela Oliva de la Unidad de Homicidios Culposos, quienes tomaron el caso aquella noche, ordenaron que se practique autopsia al cuerpo del joven en el Instituto Médico Legal, para determinar las causas del deceso. Según fuentes judiciales consultadas, los resultados de los exámenes toxicológicos aun no fueron proporcionados. «Suelen tardar hasta tres meses», advirtieron. El lunes que viene se van a cumplir recién dos.

La muerte de Franco Odorisio no solo impactó en Corral de Bustos, la localidad donde vivía, donde quedó desconsolada su familia y desconcertados sus amigos. También causó conmoción en Rosario, donde cada vez hay más eventos de este tipo, que congregan a miles de personas. Tanto es así que, esa noche en que tocó Guy J, en el reconocido salón ubicado en el shopping Alto Rosario había alrededor de 8 mil personas. Incluso algunos comentarios a los posteos de la productora del evento en redes sociales hablaban de «salón desbordado» y que «faltaba el aire, en el medio no se podía respirar».

Después de ese suceso, que tuvo impacto mediático en todo el país –como ya había sucedido en otras oportunidades–, volvieron a presentarse otros artistas en el salón ubicado en el corazón del barrio Refinería. Y llamó la atención que, desde aquella noche, se reforzaron las medidas preventivas o disuasivas, que según los habituales asistentes no ocurrían en anteriores eventos, como por ejemplo pasar en pantallas gigantes las recomendaciones de cuidados que antes solo difundían por redes sociales. 

La productora Lado B, a cargo de estos espectáculos, realiza siempre una serie de posteos unas horas antes de las fiestas con consejos «para pasar una buena noche”. Antes de que el lugar se llene de colores, efectos visuales y euforia, desde la productora aconsejan a su público “poner un poco de conciencia al entretenimiento” con el fin de tener una «noche segura”.

“Alimentarnos bien antes de bailar, mantenernos hidratados, tomarse un descanso cuando tu cuerpo lo necesita y concurrir frecuentemente al baño porque para cuidar a la cultura y a la música, primero hay que empezar por uno”, recomiendan.

Una de las pantallas que se exhiben en las fiestas después de la muerte del chico cordobés

“Tenés todo para pasar una noche segura, divertite, pero sanamente”, destacan. Casi como un ritual, el público de las fiestas electrónicas ya sabe que unas horas antes de que “empiece el show” compartirán esa información en la cuenta oficial de Instagram de la productora.

Tras lo ocurrido con Franco Odorisio, esa misma metodología la replicaron también en la propia fiesta. Puntualmente, luego de la muerte del joven de Corral de Bustos, la organización del evento inauguró una nueva forma de llamar a la conciencia y al cuidado del público. Es lo que se conoce como “reducción de daños” y es casi un reconocimiento de que adentro habrá consumo de estupefacientes, introducidos por algunos asistentes por su propia voluntad, y que se pondrán a disposición todos los recursos para que no pase a mayores.

El 10 de junio pasado, cerca de las 2 de la mañana, minutos antes de que arranque a tocar DJ Kolombo, la música se detuvo, el silencio se adueñó del salón y las pantallas de Metropolitano sorprendieron a los presentes con el mismo mensaje que antes había corrido en las redes. “Nuestro staff está preparado para ayudarte. Ante cualquier incidente no dudes en acercarte”, resaltaron.

En cuanto al operativo a cargo de la policía de Santa Fe en el ingreso al evento, no han ocurrido grandes modificaciones después de la muerte de Franco Odorisio. En algunos casos, los cacheos en la puerta suelen ser más minuciosos que otros.

“Tolerancia cero a sustancias ilegales”, es el mensaje más directo que suelen ver los asistentes en las enormes pantallas de Metropolitano. También se prohíbe el ingreso con aerosoles, perfume, tabaco, vaporizadores y productos de maquillaje.

Una semana después de la muerte de Franco Odorisio, la División Antidrogas de la Policía Federal de Rosario realizó un amplio operativo en la terminal de Ómnibus de Rosario, donde logró secuestrar 648 pastillas de éxtasis. Tres jóvenes fueron detenidos ese día, sospechados de dedicarse a la venta ilegal de drogas sintéticas o de diseño.

Los organizadores de las multitudinarias celebraciones en Metropolitano parecen haber tomado nota de lo sucedido en la noche del 24 de mayo pasado e implementaron una serie de medidas en los shows que siguieron en el mismo lugar. La pregunta es si alcanzarán para que no haya otro Franco Odorisio en las fiestas electrónicas en Rosario.