Qué son los botones antipánico y por qué se volvieron clave para la búsqueda de Carla Soggiu
El aparato tiene el tamaño de un teléfono celular y se conecta con la Central de Monitoreo.
Familiares, amigos, vecinos, bomberos y policías: todos participan este sábado en los rastrillajes para encontrar a Carla Soggiu, la joven desaparecida desde el martes y que había activado dos veces el botón antipánico.
El mismo martes la policía se acercó al lugar que indicaba el geolocalizador pero no la encontró. La mujer tenía el dispositivo desde el 27 de diciembre por haber denunciado a su ex pareja, Sergio Fuentes, por violencia de género; él está detenido con prisión preventiva.
El botón antipánico lo tienen más de 3000 mujeres en situación de violencia en la ciudad de Buenos Aires y básicamente consiste en una especie de teléfono táctil adaptado para emergencias.
El aparato tiene una función de SOS, otra de consulta al Centro de Monitoreo de Alarmas Fijas y Móviles de la Policía de la Ciudad y un chat que se despliega si la víctima no puede hablar. También permite sacar fotos, filmar y grabar.
Cuando una mujer aprieta el botón se activa de inmediato el sistema de geolocalización que ubica el lugar en el que se encuentra la persona que está alertando de una situación de violencia o de amenazas. En ese momento «se genera una grabación de todo lo que está ocurriendo en el ambiente», indicaron desde el Gobierno de la Ciudad.
El dispositivo tecnológico del botón antipánico permite que, a 15 segundos de ser accionado el mecanismo, se reciba el alerta en la Central de Alarmas.
Si los agentes no logran hablar con la persona que apretó el botón, el personal de guardia escucha a través del sistema de audio ambiental para entender cuál es el estado de situación en el lugar e informar a la Policía.
¿Cómo conseguir el botón antipánico?
El circuito para que una mujer obtenga el dispositivo comienza con la denuncia en una comisaría donde personal de violencia de género de la policía la acompaña a la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema donde se hace una evaluación de riesgo, y el juzgado o la fiscalía decide si está en condiciones de tener el botón», explicó Mariana Urtasun, responsable del Centro de Monitoreo.
Una vez que tiene la orden judicial, la mujer debe retirar el aparato en el Centro de Monitoreo o en la Superintendencia de Violencia de Género de la Policía.
Cuando le dan el dispositivo le explican cómo funciona, que debe estar encendido las 24 horas y cuándo activarlo. «Se le da el alta en el Centro del Monitoreo y ella está monitoreada las 24 horas», agregó Urtasun.
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