Durante estos meses de cuarentena mundial provocada por la pandemia del COVID-19, las compras de forma online crecieron exponencialmente y con ellas los pagos con tarjetas de crédito, no solo por la recomendación de salir lo menos posible de los hogares, sino también con el fin de evitar manipular billetes.

Si bien el encierro y el aburrimiento llevó a muchas personas a realizar arreglos en las casas, renovar electrodomésticos, comenzar cursos, o simplemente realizar compras innecesarias, por mencionar algunos ejemplos, también es cierto que gran parte de la población debió optar por los pagos con tarjetas de crédito, en cuotas, por la crisis económica que se está sufriendo no solo en el país, sino también alrededor del mundo.

Vale aclarar que este incremento no fue solo durante la crisis sanitaria. Desde hace tiempo este método de pago crece y cada vez son más las personas que lo utilizan, no solo porque brinda la posibilidad de pagar de manera mensual y dividir el gasto, sino también porque es una forma más segura de contar con dinero o poder realizar compras sin la necesidad de trasladar el efectivo de un lado hacia otro.

Por estas razones también es común que las personas vean cada vez más publicidades en redes sociales, mails o incluso por teléfono en las que el mensaje es claro: “no esperes más, adquirí tu próxima tarjeta de crédito”.

Sin embargo, pese a todos los beneficios que tiene contar con estas tarjetas, algunos les tienen desconfianza dado que no saben gestionarlas de la manera correcta. Otros, incluso con la necesidad de adquirirlas, se pierden en la amplia oferta de tarjetas de crédito que brindan los diversos bancos del país. Por eso, si sos de las personas que está pensando en agregar un nuevo plástico a tu billetera o bien sumarte a este método de pago, deberás tener en cuenta algunas cuestiones a la hora de elegir.

En principio, qué uso se le va a dar a la tarjeta, es decir si se utilizará para gastos comerciales y diarios, entretenimiento o bien para realizar algún viaje al exterior. Porque de eso también dependerá el límite mensual que se requiera en la tarjeta, que también variará según el ingreso de la persona.

Además, para no llevarse sorpresas, será indispensable que, sea la tarjeta y el banco que se elija, siempre se reciba asesoramiento de un vendedor y se le realicen todas las preguntas convenientes para tener en cuenta el gasto mensual. ¿Cobran intereses?¿Está bonificada la renovación? En caso de no ser así, ¿cuál es el gasto? ¿Hay un valor mínimo de consumo por mes?¿Cuál es el límite?¿Y el cierre?

Por otro lado, se recomienda hacer un seguimiento de las compras que se llevan a cabo. Es muy común que la gente pague cosas con tarjeta de crédito y al llegar el día de abonar no recuerde algunas de las compras realizadas, lo que lleva, en algunos casos, a endeudarse o comenzar a financiar con el banco, ya que el gasto es mayor a lo que podía destinar de su sueldo en el pago.

Otra de las recomendaciones es siempre abonar el monto máximo y no el mínimo, ya que por lo general este último tiene intereses y además se junta con el próximo pago, lo que hace un círculo sin fin.

Es importante recordar que las tarjetas de crédito no son un ingreso extra, sino que es una forma de pago que permite refinanciar el monto total, en casos necesarios. Por eso, a la hora de realizar una compra será conveniente considerar previamente que el monto mensual por cuota sea abonable en el corto plazo, sin que represente un mayor impacto en la economía.