El cura Juan Diego Escobar Gaviria condenado a 25 años de prisión seguirá preso en la cárcel de Victoria.escobar_gaviria_con_abogado

La Cámara de Casación Penal de Paraná rechazó este jueves, por unanimidad, el recurso de casación presentado por los abogados Milton Urrutia y María Alejandra Pérez, defensores del sacerdote Juan Diego Escobar Gaviria, condenado a 25 años de prisión el 6 de septiembre de 2017 por el Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguay por los delitos «promoción de la corrupción de menores reiterada (tres víctimas) agravada por la condición de guardador» y por «abuso sexual simple agravado por ser cometido por ministro de culto».

La Cámara, integrada por los jueces Marcela Badano, Hugo Perotti, Marcela Davite, se pronunció de este modo al dar lectura al fallo luego de la apelación que formuló la defensa del religioso que cumple sentencia desde 2017 en la Unidad Penal Nº 5 de Victoria en Entre Ríos.

El Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguay, al condenar a Escobar Gaviria, lo halló material y penalmente responsable por los delitos de «promoción de la corrupción de menores reiterada (tres víctimas) agravada por la condición de guardador» y por «abuso sexual simple agravado por ser cometido por ministro de culto» que se conocieron en 2016 estuvo integrado por María Angélica Pivas, Roberto Javier Cadenas y Darío Ernesto Crespo.

Vale recordar que la investigación contra el sacerdote colombiano se inició tras las revelaciones periodísticas de la Revista ANALISIS.

Escobar Gaviria estuvo por 11 años en la Parroquia San Lucas Evangelista de Lucas González. Desde allí construyó el poder que lo llevó a ser uno de los curas más visitados por feligreses en la provincia. Su fama de sanador acarreó colectivos llenos de personas de distintos puntos del país, todos los miércoles a la pequeña localidad del Departamento Nogoyá, para recibir las bendiciones en homilías de sanación.

Esa popularidad cayó abruptamente a fines de octubre de 2016, cuando un niño de 11 años lo denunció por abuso sexual. A la acusación de ese pequeño se fueron sumando otros testimonios de abuso, tres más durante toda la instrucción de la primera causa, lo que terminó en la condena a 25 años de prisión.