La mayoría de las enfermedades e incidentes que ocurren con el advenimiento de las altas temperaturas se pueden prevenir. Desde Salud recomiendan algunas pautas para reducir los riesgos de deshidratación; quemaduras de sol; picaduras y patologías virales.
La llegada del calor aleja la preocupación por las enfermedades respiratorias pero requiere la atención en diversas patologías y riesgos, sobre todo en los más pequeños.

La gastroenteritis, por ejemplo, es una de las enfermedades del verano que se puede evitar con el lavado frecuente de manos, el consumo de agua y alimentos seguros y la aplicación de las dos dosis de la vacuna rotavirus (para niños de 2 y 4 meses) incorporada en el calendario nacional de vacunación en 2015. Ante síntomas como dolor abdominal, nauseas, vómitos, fiebre y diarrea es indispensable la consulta inmediata al médico.

Puntualmente la gastroenteritis es la inflamación del tubo digestivo, secundaria a una infección a causa de virus o bacteria. El riesgo de esta enfermedad –que puede adquirirse por el consumo de agua o alimentos contaminados y transmitirse de persona a persona– radica en la deshidratación, máxime en el caso de bebés, niños pequeños, adultos mayores e inmunodeprimidos. Entre los virus que la provocan se encuentran: el rotavirus (la principal causa de gastroenteritis grave en niños que puede infectar a adultos expuestos); el norovirus (común entre niños en edad escolar, puede causar brotes en hospitales y en barcos de cruceros); el astrovirus y el adenovirus entérico. Asimismo, las bacterias que usualmente causan gastroenteritis son: escherichia coli, salmonella, estafilococo, campylobacter jejuni, shigella y yersinia.

Lavar las manos con agua y jabón es la mejor medida saludable para evitar complicaciones que ocasionan diarreas, parásitos intestinales, infecciones en la piel o en los ojos y enfermedades respiratorias, como la gripe, entre muchas otras.

La lactancia materna, la higiene de las mamas y los elementos utilizados en este proceso son la mejor indicación ante cuadros gastrointestinales.

Otra medida preventiva ante las temperaturas elevadas es evitar la deshidratación en los más chicos asegurando la ingesta de agua fresca y segura.

Peligro de picaduras

Las picaduras de insectos también son otro de los temas de consulta médica frecuente en las guardias de hospitales y centros de salud. La precaución consiste en no caminar descalzos y estar atentos a obras en construcción o escombros teniendo en cuenta que pueden exponerse a picaduras de insectos como arañas o alacranes.

En el verano se debe extremar la atención, sobre todo con los más pequeños, para evitar accidentes de asfixia por inmersión en piletas, ríos o cualquier recipiente en el que puedan sumergirse. También pueden lastimarse con elementos cortopunzantes por andar descalzos. Por otro lado el uso de calzado con almohadilla y arco, los protege de accidentes y evita lesiones que alteran la anatomía del pie.

En lo que respecta a la salud del pie, las piletas que no cuentan con revisiones médicas también posibilitan el contagio de hongos. Por eso entre las medidas de precaución posibles se cuentan: no andar descalzos por el borde la pileta, la ducha o los vestuarios; usar siempre ojotas; ducharse antes y después de entrar a la pileta; secarse bien el cuerpo; no compartir toallas o calzados y consultar al médico, evitando la compra de cremas de venta libre.

Las actividades en piletas y zonas de veraneo, posibilitan otras enfermedades de verano como la otitis externa y la conjuntivitis causando molestos dolores de oídos y picazón en los ojos. Mantener las orejas limpias y secas y usar antiparras pueden ayudar a evitarlas.

Cuidados a la hora de exponerse al sol

Al momento de estar expuestos al sol es vital evitar hacerlo en la franja horaria que va de las 10 a las 16. Al mismo tiempo, es necesario el uso de protector solar –siempre que se esté al aire libre en zonas de nieve, agua y arena–, dado que los rayos solares se refractan. El mínimo requerido es un factor de protección solar 15, incluso en días nublados. Se debe aplicar en la piel 30 minutos antes en las partes expuestas de la cabeza, orejas, cuello, nariz, empeines y manos. También es de utilidad usar sombrero, aplicarse un protector labial, usar ropas claras y frescas e ingerir abundante líquido.

No se aconseja la exposición solar de los bebés y niños pequeños pero, en caso de no poder evitarlo, aplicar una pantalla solar de 60.

La radiación ultravioleta penetra en la piel y ocasiona quemadura solar, envejecimiento prematuro, daño en los ojos e inclusive, cáncer de piel. Existen tres tipos de rayos ultravioletas: los que causan envejecimiento cutáneo y pueden provocar cáncer de piel; los que generan enrojecimiento, quemadura solar y predisposición al cáncer de piel; y los que son filtrados por la capa de ozono de la atmósfera. Entonces es prioritario saber que el adecuado uso de los protectores solares, actúa como barrera protectora de la piel a las radiaciones solares.

La efectividad de la pantalla solar requiere la reaplicación del producto luego de transpiración intensa, al nadar o secarse con toalla, no protege contra la insolación y es importante evitar la exposición prolongada de los niños al sol.

Pediculosis

Otra problemática que afecta por igual a niños entre los 4 y 14 años durante todo el año, principalmente a quienes usan el cabello largo, es la pediculosis. No obstante el uso de gorras para baño, la temporada de piletas puede contribuir a la proliferación del problema. El uso de peine fino es un método inocuo, económico y que no crea resistencia. Se pasa desde la raíz del cabello hasta la punta para extraer piojos y liendres y se recomienda su utilización diaria, previa colocación de crema enjuague.

El piojo vive en el cuero cabelludo y se alimenta de sangre humana, la que succiona cuatro veces por día. Posee tres pares de patas con ganchos que le permiten prenderse del cabello. Si bien la mordedura no lastima, existe en la saliva excretada una sustancia que causa reacciones por sensibilización.