En la ida de los cuartos de final de la Copa de la Superliga, el Millonario tuvo una pésima noche y su continuidad en el certamen se complica: el martes se jugará la vuelta en el Monumental.

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En el duelo de ida de la Copa de la Superliga, River fue goleado 3 a 0 por Atlético Tucumán y su continuidad en el flamante certamen corre serios riesgos. La revancha se jugará el martes a las 21.10 en el estadio Monumental. El equipo de Marcelo Gallardo tendrá que hacer un partido perfecto para poder dar vuelta la serie. El Millonario vivió una pesadilla. El ganador de la eliminatoria jugará en semifinales ante el vencedor del cruce entre Racing y Tigre.

Con goles de David Barbona y Javier Toledo, en dos oportunidades, Atlético Tucumán dio el gran golpe al derrotar por goleada a River, uno de los máximos candidatos al título. Aunque el local tuvo mucho menos la pelota (37 a 63 por ciento), se impuso con categoría. Lo ganó con actitud, carácter y oportunismo: en el primer tiempo se puso 2 a 0 arriba con dos goles en tres minutos y sobre el final, cuando faltaban diez minutos, cerró la faena. El Millonario no recibía tres o más goles desde el 28 de octubre de 2017, cuando perdió 4 a 0 con Talleres, en Córdoba, pero con mayoría de suplentes.

River, golpeado por la derrota (Fuente: Fotobaires).
River, golpeado por la derrota (Fuente: Fotobaires).

Los primeros minutos del partido fueron para River. El equipo de Gallardo estaba bien parado, hacía correr la pelota y, poco a poco, comenzaba a avanzar. En ese momento no había ningún tipo de señal de que el Millonario iba a sufrir una derrota de esas características.

Pero fue una ilusión. Porque River se desconcentró y en tres minutos Atlético Tucumán metió dos goles. Fue un golpe muy duro, del que nunca se pudo recuperar. El local se sintió confiado, le dejó la pelota a su rival y comenzó a martillar de contra.

Intentó reaccionar el equipo de Gallardo, pero no tenía claridad y su fútbol no era suficiente. Así se fue al entretiempo.

En el segundo tiempo River se terminó de desplomar. El conjunto de Ricardo Zielinski, bien parado, dejó en evidencia los problemas de su rival. No necesitó de la pelota para dejar en claro que estaba jugando mejor.