«Salbador Juaquin de Ezpeleta»
Se presentó la obra literaria del arquitecto Juan Carlos Gonzálvez en el salón del Concejo Deliberante. Fue este jueves por la noche en el marco de los 212 años de Victoria.
Este libro de Juan Carlos Gonzálvez es, por un lado, un homenaje a Joaquín Salvador Ezpeleta, y por otro, la reconstrucción de una parte de nuestra historia que hasta ahora había sido abordada de manera parcial por los historiadores.
Cuando decimos “parcial” no es por minimizar el trabajo que realizaron quienes precedieron al autor, sino que su foco estuvo puesto en los procesos sociales locales que llevaron a la primera misa en el oratorio de La Matanza, sin abordar profundamente la vida de quien fue protagonista principal de esos eventos.
Justamente este es el aporte que realiza Gonzálvez en su obra, y que comienza a invitarnos con su título, donde el nombre de quien es considerado “fundador” de las siete colinas aparece no como quedó plasmado en nuestra historia sino como figura en su acta de nacimiento.
Este detalle pone de manifiesto la característica de este trabajo: la solidez de la documentación que lo avala, ya que Gonzálvez no se limitó a contar la historia de Ezpeleta, sino que funda su perfil del prohombre victoriense en un sólido acopio documental, recolectado a lo largo de los años en Victoria, Paraná, Buenos Aires, Uruguay España, y puntualmente en el País Vasco, desde los lugares de origen de la familia, su llegada a América, su participación en los hechos históricos de principios del siglo XIX, sus relaciones con personalidades de la época, su actividad como comerciante, la extensión de su emporio tanto en manos del propio Salvador Joaquín Ezpeleta como de sus hijos.
Gonzálvez nos ofrece aquí una visión humana y secular del origen de nuestra ciudad, sin olvidar la devoción, pero desde una perspectiva fundada en un análisis histórico objetivo y fundado en la documentación que fue acopiando durante décadas.
Sin dudas un aporte fundamental para reconocer de dónde venimos.
Una invitación a sumergirnos en el lado más humano de nuestra propia historia.