Salud mental: 5 señales de alerta
Los trastornos psicológicos, a diferencia de los físicos, no siempre son detectados con la misma facilidad, sobre todo si se considera que aún siguen siendo un tema tabú en el mundo. ¿Por qué cuesta tanto confesar que se vive una situación difícil? La revista Time le dedicó un espacio al tema.
«No tendemos a tener conversaciones sobre el bienestar mental», explica la doctora Barbara Van Dahlen, psicóloga clínica y fundadora de «Give an Hour», una organización centrada en las necesidades psicológicas de veteranos de guerra y sus familias, hoy fundadora también de una nueva nueva campaña estadounidense sobre la salud mental: «Change Direction».
Esta iniciativa -respaldada por varios líderes empresariales, diferentes organismos y la primera dama estadounidense Michelle Obama– propone tomar la salud mental como una prioridad, ponerla en discusión y así proveer de distintas herramientas a los ciudadanos que puedan estar sufriendo.
«Preguntarle a alguien honestamente cómo se siente y generar confianza en la otra persona es el comienzo para conducir a alguien a que hable de sus problemas y pueda pedir ayuda. Muchas veces por vergüenza no lo hacen. Lo más importante es que la gente sepa que está bien no estar siempre bien», confiesa la doctora Van Dahlen.
Para ello, desde Change Direction desarrollaron una lista de síntomas llamado «Las 5 señales». Esta lista incluye parámetros como el aislamiento, la desesperanza, la disminución en el cuidado personal y el cambio de personalidad, señales que cualquiera puede notar en un familiar o un compañero de trabajo que lucha contra un trastorno psicológico. «Todo el mundo debería saber todo acerca de estos signos. Debería ser como chequear si hay bultos extraños en el pecho o como medir el colesterol», opina Michelle Obama, una de las principales impulsoras de esta iniciativa.
Las 5 señales de alerta
-Cambios de personalidad: alguien cambia gradual o repentinamente su personalidad y se comporta de maneras que no se ajustan con su forma de ser.
-Está inusualmente de mal humor o nervioso: la irritabilidad y el carácter fuerte pueden ser signos de que algo anda mal. En casos extremos estas características pueden impedirle al/la afectado/a dormir o pueden provocarle incontrolables ataques de ira.
-Se aísla: si alguien que solía ser muy social empieza a pasar un montón de tiempo a solas, deja de realizar actividades o se aleja de grupos familiares o de amigos, vale la pena prestarle atención. No debe ser confundido con el comportamiento normal de una persona introvertida, sino que es el cambio en la sociabilidad de una persona.
-Menos cuidado personal: comenzar a beber más, consumir drogas o dejar muy de lado la higiene personal pueden ser signos de que alguien está en problemas. En lugar de restarle importancia a los comportamientos autodestructivos de tus amigos, tomalos como una señal para prestar atención.
-Está desesperanzado: si alguien que solía ser optimista no puede encontrar razones para estar bien o tiene de repente una mirada muy negativa, puede ser que tenga pensamientos de inutilidad, tristeza, culpa o incluso de suicidio y es otro punto que puede develar algún problema.
La primera dama estadounidense se ha manifestado fuertemente a favor de cambiar la mirada frente a la salud mental y relató en el evento inaugural de Change Direction la historia de un veterano, Ryan Rigdon, que inició su carrera militar a los 20 años y fue enviado a Irak, donde formaba parte del equipo encargado de desarmar artefactos explosivos. Esas experiencias dejaron marcas imborrables en él, que luego sufrió un trastorno por estrés postraumático y hasta pensó en quitarse la vida por no pedir ayuda.
Michelle Obama señaló que esta historia refleja la realidad de muchos veteranos de guerra y de muchos otros ciudadanos. Sin importar la edad o el contexto social, «todos fuimos tocados en nuestras familias o allegados por algún problema de salud mental». Entonces el problema principal que plantea Change Direction es que los trastornos psicológicos pueden sucederle a cualquiera y forman parte de la salud y el bienestar también, es por eso que deben ser tomados como cualquier otra enfermedad física, «sin juzgar» y sobre todo sin ver a los afectados débiles ante esa circunstancia, sino fuertes por la valentía de luchar contra ella.
Es por eso que Michelle remarca que la acción estatal y el apoyo médico no es suficiente. «Estamos progresando en esta cuestión. Pero también sabemos que el gobierno no puede hacer esto solo. Porqueno es sólo una cuestión de política o un problema de presupuesto, es una cuestión cultural. La transformación real aquí requiere un cambio no sólo en nuestras políticas, sino en nuestras actitudes».
«Mientras aquellos que luchan con trastornos y enfermedades de salud mental se sientan avergonzados de las condiciones que los afectan, mientras seamos reacios a discutir nuestra propia salud mental y el bienestar mental de nuestras familias y comunidades, mientras no seamos capaces de reconocer que la salud mental (así como la física) es un aspecto crítico de todos y cada uno de nosotros, vamos a seguir alejando a los que sufren de la autoidentificación del problema y del pedido de ayuda», precisa Van Dahlen en su columna en el portal Huffington Post.
Si bien destacan que aprender las señales para reconocer los trastornos psicológicos «no va a cambiar por sí mismo el futuro de la cultura de la salud mental», es un gran paso adelante que puede ser llevado a cabo por todas las personas.
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