Superado el escándalo por la actitud de Djokovic, comienza el Abierto de Australia
El torneo comenzará este domingo a la noche sin la presencia del serbio, quien finalmente fue deportado, con la chance latente de un nuevo récord en la historia del tenis para el español Rafael Nadal y la presencia de ocho jugadores argentinos.
Concluida la fase judicial del escándalo con el número 1 del ranking Novak Djokovic, que generó la previa más controversial desde su primera edición en 1905, el Abierto de Australia comenzará este domingo a la noche sin la presencia del serbio, con la chance latente de un nuevo récord en la historia del tenis para el español Rafael Nadal y la presencia de ocho jugadores argentinos.
Tras 10 días de una increíble saga entre el mejor tenista de la actualidad, el Gobierno de Australia y la Justicia, un tribunal federal confirmó este domingo a la madrugada la deportación del jugador que había sido adoptada el viernes por el ministro de Inmigración del país, Alex Hawke.
En efecto, Djokovic, de 34 años, no podrá defender el título que ostenta desde 2019, tampoco alcanzar la decena de coronas en Melbourne ni mucho menos ir por el récord de 21 Grand Slam para despegarse de Nadal y el suizo Roger Federer, ausente este año.
El serbio, reemplazado por el italiano Salvatore Caruso en el cuadro principal del Aus Open, se mostró «extremadamente decepcionado» con el fallo unánime de la Corte Judicial y anunció que dejará el país en las próximas horas cuando aborde un vuelo de la empresa Emirates rumbo a Dubai.
Una exención médica, dos revocatorias de la visa, dos detenciones en un centro de inmigrantes ilegales, apelaciones y la definitiva deportación articularon una novela que generó un conflicto diplomático.
El presidente serbio, Aleksandar Vucic, envió su apoyo al tenista y consideró que Australia «se está humillando a sí misma» con el fallo que clausura días de «maltrato» recibido por el nueve veces campeón en Melbourne.
La estrategia legal de su defensa resultó insuficiente para revertir en el tribunal la medida tomada por el ministro por incumplimiento de las normas para combatir la pandemia de coronavirus.
Durante la audiencia decisiva, el abogado del serbio, Nick Wood, centró su presentación en el hecho de que el ministro Hawke no buscó las opiniones actuales de Djokovic sobre la vacunación antes de cancelar su visado.
Remarcó que el funcionario «no sabe cuáles son las opiniones actuales» del tenista y basó su creencia en la opinión expuesta durante un informe de la cadena BBC, de abril de 2020, antes de que las vacunas contra el Covid-19 se hubieran desarrollado, probado y administrado en todo el mundo.
La defensa del número 1 del mundo consideró «irracional» el argumento de que la permanencia de Djokovic en Australia para jugar al tenis pueda fomentar un sentimiento antivacunas.
A su turno, el letrado representante del Gobierno, Stephen Lloyd, le aclaró al presidente del Tribunal que el ministro, con su decisión de revocar la visa de Djokovic, buscó «evitar poner en riesgo la salud de los australianos».
El titular de la Corte le advirtió sobre la posibilidad de que hubiera manifestaciones masivas contra la vacunación frente a la deportación del serbio, algo que fue concedido por Lloyd («podrían surgir disturbios») pero subordinado ante la preocupación de que el éxito del serbio pudiera alentar el sentimiento contra la vacunación «no sólo entre los antivacunas sino en la comunidad australiana”.
Por esa razón, entendió que la medida del gobierno federal fue «racional» más aún al contemplar que el tenista «tiene un historial reciente de ignorar las medidas de seguridad contra el Covid e incluso cuando estaba infectado y había recibido una prueba positiva, realizó una entrevista y una sesión de fotos y se quitó la mascarilla».
Djokovic supo que era positivo de Covid el 19 de diciembre pasado, participó luego de actividades sociales y utilizó ese diagnóstico para conseguir una exención médica que lo habilitara a jugar el Abierto sin estar vacunado.
En su declaración de ingreso a Australia, el serbio respondió «no» a la pregunta de si había viajado en los 14 días anteriores cuando ciertamente estuvo en Marbella, España, desde donde llegó a Melbourne vía Dubai.
Al pisar el aeropuerto de esa ciudad del estado de Victoria, agentes de Inmigración le informaron sobre un problema con su visado, lo interrogaron en una sala y desde allí lo trasladaron por primera vez al Park Hotel, donde permaneció detenido desde el jueves 6 al lunes 10.
Ese día, el serbio obtuvo una victoria parcial cuando un tribunal de Melbourne le restituyó el pasaporte y ordenó su libertad, lo que le permitió entrenarse mientras el expediente siguió su curso.
Pero el viernes, a menos de 72 horas del inicio de la competencia, el Gobierno canceló su permiso de estadía por segunda vez y el conflicto, ya derivado a la Justicia federal, ingresó en un punto de máxima tensión.
Djokovic, de 34 años, había llegado a Australia con el objetivo de marcar un nuevo récord en la historia del tenis: alcanzar los 21 títulos de Grand Slam y despegarse del español Rafael Nadal y el suizo Roger Federer -ausente en esta edición-, con quienes comparte ese privilegio.
De haberlo lograrlo, el serbio -emparejado para el debut con su compatriota Miomir Kecmanovic- llegaría a la decena de conquistas en Melbourne Park, donde ya levantó el trofeo en 2008, 2011, 2012, 2013, 2015, 2016, 2019, 2020 y 2021.
Nadal, ganador en 2009 y otras cuatro veces finalista, persigue la misma meta que «Nole» en su reciente retorno al circuito tras permanecer ausente desde agosto del año pasado por lesiones y Covid.
El exnúmero 1 del mundo, ganador del ATP 250 de Melbourne el fin de semana anterior, debutará con el estadounidense Marcos Giron y podría jugar una hipotética semifinal con el serbio en caso de que se confirme su participación.
Los otros habitantes del «top ten» dirán presente en Australia con firmes aspiraciones: el ruso Daniil Medvedev (2), finalista 2021, el alemán Alexander Zverev (3), el griego Stefanos Tsitsipas (4), el ruso Andrey Rublev (5), el italiano Matteo Berrettini (7), el noruego Casper Ruud (8), el canadiense Felix Auger-Aliassime (9) y el polaco Hubert Hurkacz (10).
La «legión» argentina
Entre los argentinos, las mayores esperanzas están depositadas en Diego Schwarztman, decimotercer preclasificado, que buscará ingresar en la segunda semana de competencia como sucedió en 2018 y 2020.
El «Peque», que debutará ante el serbio Filip Krajinovic (39º), alcanzó los octavos de final en ambas ediciones, lo que representa hasta el momento su mejor actuación en siete presencias.
Federico Delbonis (42º), de buena temporada 2021, intentará traspasar la barrera de la tercera ronda en Australia, donde iniciará su camino ante el español Pedro Martínez (61º).
En la segunda vuelta, el azuleño podría toparse con su compatriota Facundo Bagnis (71º), que afrontará un difícil estreno ante el chileno Cristian Garín, preclasificado número 16.
El rosarino Federico Coria (64º) también asumirá un duro escollo en la ronda inicial como supone el francés Gael Monfils (19º), de vasta experiencia en Grand Slam y cuartofinalista en Melbourne 2016.
Juan Manuel Cerúndolo (81º) y Sebastián Báez (95), dos de los ocho mejores jugadores sub 21 del año pasado, harán su debut absoluto por torneos grandes frente al español Albert Ramos-Vinolas (44º) y ante el checo Tomas Machac (130º), respectivamente.
Los otros dos argentinos participantes llegaron de la clasificación: el santiagueño Marco Trugelliti (198º), que comenzará su tercer Aus Open ante el estadounidense Frances Tiafoe (37), y el novato platense Tomás Etcheverry (129°), rival del español Pablo Carreño Busta (21°).
La organización del Abierto de Australia solicitará certificado de vacunación completo a todos los mayores de 12 años que asistan al complejo Melbourne Park, donde además se exigirá el uso de marcarillas y el cumplimiento de 1,5 metros de distancia social.