Todo el sindicalismo hará paro el 6 de abril
La confirmación ayer de la CGT de que convocará a un paro nacional el 6 de abril contra la administración de Mauricio Macri encolumnó detrás todo el sindicalismo, el tradicional y también el alternativo de la CTA, así como las corrientes de izquierda y clasistas. La fecha, que había adelantado este diario el jueves pasado, quedó definida tras el impulso inicial de los gremios del transporte público de pasajeros -claves para la contundencia de la medida de fuerza- y su ratificación ayer por parte del Consejo Directivo de la central obrera.
Será la primera huelga de la CGT contra Macri tras quince meses de mandato y de una relación que osciló entre apoyos implícitos iniciales de dirigentes de peso, como Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, una actitud expectante de los sectores más tradicionales de la organización (los denominados «gordos» de los grandes gremios de servicios y los «independientes») y cuestionamientos tempraneros de sindicatos industriales golpeados por la caída en la actividad y la apertura de las importaciones.
La medida de fuerza promete concitar la adhesión de la inmensa mayoría de los sectores asalariados. Además de los sindicatos de transporte harán paro los industriales, los del comercio y los servicios (bancarios y sector público, entre otros) y los de la energía (petroleros, Luz y Fuerza, AySA) en el área de incumbencia de la CGT. Incluso se da por hecho que participarán de la medida de fuerza organizaciones que no participan de la conducción de la central como los del Movimiento de Acción Sindical (MASA) que nuclea a los mecánicos del Smata, la Unión Ferroviaria y los taxistas, entre otras.
Las dos vertientes de la CTA, que dijeron que mantendrán su propia huelga para el 30 de marzo, confirmaron que se acoplarán a la medida del 6 de abril con foco en sus gremios de mayor relevancia, como los estatales de ATE y los docentes de Ctera. Partidos de izquierda como el PTS o el PO indicaron a su vez que se plegarán al paro aunque promoverán movilizaciones y acciones por su cuenta, en base a cuestionamientos de la conducción de la CGT.
El anuncio esperado desde la marcha del martes de la semana pasada, que terminó con incidentes por el reclamo airado de participantes al triunvirato de la CGT, se formalizó al término de una brevísima reunión del Consejo Directivo de la entidad. Puertas adentro no hubo debate y al finalizar hablaron los tres líderes, Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña.
Confirmada la fecha y que la jornada de protesta será sin movilización ni concurrencia a los lugares de trabajo, Daer apuntó que la medida fue resuelta tras haberle planteado al Gobierno en numerosas ocasiones «rectificaciones de políticas que han llevado a la destrucción de cantidades importantísimas de puestos de trabajo» y a un escenario económico sin inversiones como las prometidas por Macri en la campaña electoral. Acuña, por su parte, marcó los incumplimientos del Gobierno y los empresarios a los compromisos asumidos de frenar despidos y cuestionó además los intentos oficiales por ponerle un techo a las paritarias.
En el Ejecutivo ayer imperó un silencio llamativo luego de varios días en los que hubo críticas de los funcionarios a la posible huelga. En el Gabinete explicaron que la medida aparecía como inevitable dada la presión interna sufrida por la conducción de la CGT y que sólo resta esperar al día después para reanudar las conversaciones. Hasta entonces de ambos lados descartan reuniones.
Fuente: Ambito.com