Tras el tratamiento en China, esta semana llegan a Nogoyá Pipi y Guillermina
Oriundos de Nogoyá, el joven de 20 años y la nena de 8 viajaron a China para recibir un tratamiento con células madre para poder ver.
José Damián Cavagna, de 20, a quienes todos conocen como Pipi; y Guillermina Barcos Kapp, de 8 años, son oriundos de Nogoyá. Viajaron rumbo a China a mediados de mes para recibir un tratamiento con células madre.
Ambos son ciegos desde que nacieron y con este sofisticado procedimiento, albergan la esperanza de poder ver.
Pipi partió a Beiging el viernes 12 con su mamá, Carina Fosatti, y regresarán a la Argentina el miércoles, arribando al aeropuerto internacional de Ezeiza a través de un vuelo con escalas que les demandará más de 30 horas.
Guille partió con sus padres un día después, y llegará de vuelta a Buenos Aires el martes.
En ambos casos, deberán continuar tomando medicamentos y vitaminas, y realizando una rutina de masajes y ejercicios de rehabilitación para que los implantes de células madre se desarrollen.
A través de las redes sociales los allegados de ambos fueron compartiendo fotos, videos e información de sus estadías en el país asiático, contando cómo estaban y anunciando las novedades, en un contacto fluido y constante con quienes los acompañan a la distancia.
La gente de Nogoyá se prepara para recibirlos, expectantes de los avances en ambos casos. Cabe recordar que fue gracias a la solidaridad de los vecinos de la región que lograron viajar, ya que necesitaban 50.000 dólares cada uno para poder viajar y recibir la atención médica en una clínica especializada. Se hicieron numerosos eventos, festivales, bicicleteadas y se abrieron cuentas bancarias para que quien quisiera, pudiera colaborar con donaciones. Hubo muchas personas solidarias que estuvieron presentes y tanto los familiares de Pipi como los de Guillermina agradecieron la ayuda recibida.
El tratamiento al que se sometieron es el mismo que recibió Renzo Oliva, el pequeño de 2 años oriundo de Paraná que ya regresó a la Argentina hace casi un mes, tras permanecer en el país oriental más de dos semanas. Si bien los resultados podrán verse en un tiempo, la familia del pequeño sostuvo que ya van percibiendo pequeños avances, lo que los llena de felicidad.