Triple crimen: la Justicia Federal ordenó detener a la mujer que se casó aunque tenía prisión domiciliaria
La orden, girada a Gendarmería, también pedía notificar al hombre para que comparezca ante un tribunal
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
Triple crimen de Ibarlucea. La policía realiza las primeras medidas judiciales en el lugar donde apareció el cuerpo calcinado de una mujer.
La investigación sobre el triple homicidio ocurrido a la salida de un casamiento en un salón de Ibarlucea continuó ayer con la toma de testimonios a personas que habían asistido a la fiesta en calidad de invitados. Algunas de esas personas se presentaron espontáneamente en la fiscalía, entre ellas un joven de 19 años que aportó datos acerca de la mecánica según la cual el auto de las víctimas apareció incinerado con una de las personas asesinadas en su interior. Si bien en principio había trascendido que el testigo había sido detenido, el fiscal Gastón Avila ordenó su liberación mientras se corroboraba la información que había aportado.
En este marco trascendió anoche que los recién casados, ambos procesados por la Justicia Federal como miembros de la organización narco de Olga “La Tata” Medina, habían sido detenidos por Gendarmería. Al respecto sólo pudo confirmarse oficialmente el pedido de detención de la mujer, pero hasta anoche Gendarmería no había confirmado la captura.
El triple homicidio ocurrió el sábado alrededor de las 4.15 a unos metros del salón de fiestas Campos de Ibarlucea, ubicado sobre el kilómetro 5 de la ruta 34 S. Minutos antes había terminado la fiesta de casamiento de Esteban “Pinky” Rocha y Brisa Milagros Leguizamón.
Ambos están procesados desde junio de 2019 como miembros de la banda narco de La Tata Medina. Sin embargo Pinky estaba en libertad a la espera de un juicio cuyo inicio estaba previsto para el mes próximo.
Rocha había estado preso por orden de la Cámara Federal de Rosario pero el año pasado un tribunal federal de casación porteño revocó esa prisión a pedido de la defensa. “El imputado no registra antecedentes penales y realiza trabajos de electromecánica y refrigeración a domicilio”, sostuvo el falló de la cámara porteña integrada por Mariano Hernán Borinsky, Angela Ester Ledesma y Carlos Javier Carbajo, quienes concluyeron que “la gravedad de los hechos no es un parámetro suficiente para denegar la excarcelación”.
En cuanto a la joven esposa, se encontraba con prisión domiciliaria que debía cumplir en una vivienda de Rueda 274 bis para poder cuidar de sus dos hijos pequeños. Pero la difusión del trágico casamiento de Brisa, que reveló que la joven no estaba cumpliendo con la medida cautelar dictada a su favor, desembocó el mismo sábado en una orden de detención solicitada al jefe de la Región 2 de Gendarmería por parte de un tribunal oral federal rosarino para que fuera arrestada y puesta a disposición de la Justicia Federal en el marco de la causa en su contra como presunta integrante de la banda de La Tata.
Respecto de Rocha, en cambio, se ordenó notificarlo para que comparezca al mismo tribunal federal.
Final horroroso
Alrededor de 300 personas estaban invitadas a la celebración que al parecer había tenido una previa en Puerto Norte y en la cual habían actuado figuras de la cumbia santafesina como Sergio Torres. Entre los invitados, según fuentes allegadas a la pesquisa, había varios miembros de la familia Cantero, dato que corroboraría la cercanía de Rocha con el clan de barrio Las Flores.
La fiesta terminó sobre las 4 de la mañana y los invitados comenzaron a retirarse. Entre ellos estaban Iván Maximiliano Giménez, de 35 años, su pareja Erica Romero, de 37, y la hija de un año y medio de ambos, Elena. Los tres subieron al Audi TT blanco en el que habían llegado y se disponían a regresar a Rosario cuando fueron interceptados por los ocupantes de una camioneta —pudo ser una Volkswagen Amarok blanca— que acribillaron el vehículo.
Los tiros generaron una tremenda conmoción entre los invitados que se retiraban, que comenzaron a volver al salón de fiestas. En ese marco uno de los invitados, al corroborar que Giménez y la pequeña se encontraban con vida, los llevó en su vehículo particular hasta el Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria. Sin embargo las víctimas llegaron sin vida. El padre había recibido más de diez impactos de bala y la niña en principio fue alcanzada por seis proyectiles.
En cuanto a Romero, nada se supo de ella hasta que una hora después el Audi TT apareció calcinado a unas 35 cuadras del salón de fiestas, en inmediaciones de Urquiza y Avellaneda, una zona semirrural de Ybarlucea. Alrededor de las 5 de la mañana vecinos del lugar habían llamado a la policía para dar cuenta de que había un auto que se estaba incendiando. Una vez extinguido el fuego, el personal comprobó que en el interior del vehículo se encontraba el cuerpo calcinado de la mujer.
Una versión del misterio
¿Qué pasó con Erica Romero? ¿No fue alcanzada por la balacera que le causó la muerte a su pareja e hija? ¿Alguien la secuestró y se la llevó en su propio auto hasta un camino donde prenderle fuego? Hasta ayer no se había establecido cómo había llegado el Audi TT hasta ese lugar.
La situación de la mujer y el vehículo quedó como uno de los misterios a esclarecer por parte de la investigación a cargo del fiscal Gastón Avila, que ayer comenzó a recibir testimonios de a personas que se encontraban en la fiesta en calidad de invitados.
Algunos no esperaron la citación judicial y se acercaron ayer mismo voluntariamente, entre ellos un joven que aportó datos acerca del incendio del auto. Si bien durante la mañana trascendió que el joven había sido detenido como quien había prendido fuego el vehículo, por la tarde se indicó desde Fiscalía que el joven había quedado en libertad a disposición de la Justicia mientras se corroboraban los datos.
A pesar de que no hubo ninguna información oficial al respecto, ayer circulaba una versión acerca de lo que pudo haber pasado con el Audi TT que fue prendido fuego. Según ese relato, en medio de la conmoción un invitado llevó a los heridos al hospital y mientras que Romero quedó en el auto sin vida. En ese marco otra persona que también habría asistido a la fiesta se subió al auto y comenzó a conducir.
Si bien no se sabía ayer quién fue ni por qué lo hizo, no se descartaba que se tratara de alguien que intentó robar el Audi TT hasta que se dio cuenta de que en el interior había una mujer asesinada. Eso lo habría motivado a abandonar el vehículo y prenderle fuego. Por lo pronto, hasta ayer el misterio no terminaba de esclarecerse.
En cuanto a las motivaciones del brutal ataque, ayer no se superaba el plano de las conjeturas. Según vecinos y amigos de Maximiliano Giménez entrevistados por La Capital lo definieron como “un pibe de la villa que echó vuelo y que movía mucha guita, él siempre decía que movía (drogas) para (Esteban) Alvarado”. Ese dato, cruzado con indicios que tienen los investigadores acerca de un posible cambio de bando por parte de la víctima, abonan una hipótesis que tendría que ver con alguna suerte de venganza con su consiguiente mensaje mafioso.