Un Charly García luminoso volvió a presentar "La Torre de Tesla"
El músico reconoció y versionó su inmensa obra, acomodándose a sus singulares circunstancias –su fragilidad corporal- con la habilidad necesaria para exhibir una recuperada claridad musical, más de una vez extraviada.
Charly García volvió a apelar, anoche, a sala llena, en el Teatro Gran Rex, al flexible concepto de «La Torre de Tesla» para, desde allí, reconocer y versionar su inmensa obra, acomodándose a sus singulares circunstancias –su fragilidad corporal- con la habilidad necesaria para exhibir una recuperada claridad musical, más de una vez extraviada.
García parece haber renovado, en esta etapa de madurez, su contrato con el público, que arrasa las boleterías cada vez que se anuncia, de un momento a otro, la programación de un nuevo concierto: quizá ya nadie espere que alcance la plenitud creativa de sus momentos (sus décadas) más luminosas pero sí que se muestre a distancia de sus años tumultuosos y ofrende amables versiones de algunas de aquellas canciones que representan parte de lo mejor de la música popular argentina. No es poco.
Ese pacto no se sostiene con puestas escenográficas (anoche hubo un prolijo montaje de películas e imágenes de la propia carrera de García), que las puede haber o no, ni con los ritos de la llamada cultura rockera. Se sostiene en el acto, todavía conmovedor, que se despliega cuando el creador de Serú Girán y La Máquina de Hacer Pájaros se sienta frente al teclado, solo, sin artificios.