Una estrategia de desarrollo para Entre Ríos
Durante la última década, Entre Ríos ha tenido la etapa de crecimiento económico más importante de su historia. Como dice la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, esto “no fue magia“. El proceso de crecimiento económico que vivió la provincia y también la Argentina, fue orientado por el Estado que se consolidó como un actor principal, haciendo que este crecimiento sea con inclusión social y con una transformación de la matriz productiva. Apostamos hoy a profundizar el perfil industrial que nos pone frente a nuevos horizontes y desafíos, y lo hacemos con una estrategia de desarrollo para Entre Ríos.
La década de oro
Entre Ríos creció un 90% entre 2003 y 2013, es decir, casi duplicó su producción. Se crearon más de 70 mil nuevos puestos de trabajo formales solo en el sector privado (aumentó un 80% la creación de empleo formal). Se instalaron más de 500 empresas industriales en Entre Ríos desde 2003, casi duplicando la cantidad de empleo en el sector. Para 2003 había 14.162 trabajadores industriales, hoy hay más de 27.000. Esto permitió bajar las tasas de desempleo, pobreza e indigencia. Entre Ríos pasó de tener más del 45% de su población en la pobreza en octubre de 2004 a un 4% hacia fines de 2013. Y esta reducción, además, se hizo disminuyendo la brecha de ingresos entre ricos y pobres, haciendo a los entrerrianos más igualitarios. El desempleo, mayor al 20% en algunos municipios a principios de la década, hoy está en el orden del 6%.
En este largo camino, hemos recuperado al Estado como un actor importante: brindando educación pública gratuita y de calidad, apoyando a la ciencia, generando estímulos a la inversión, haciendo obras de infraestructura, conectando las ciudades con rutas, caminos, puertos, etc. Hoy queremos aumentar la apuesta, por eso nos proponemos una segunda etapa de industrialización de la provincia.
Hacia una segunda etapa de industrialización, creación de valor, ciencia y tecnología.
Las agroindustrias han sido el motor del crecimiento del último período. Hemos transformado la riqueza natural de nuestra tierra en una producción que suma valor agregado a partir de la incorporación de ciencia y tecnología, de cambios en los procesos y técnicas. En los ’90 la mayor parte de la producción entrerriana eran bienes primarios, hoy Entre Ríos ha sumado eslabones a sus cadenas productivas, complejizando la producción. Eso se ve, por ejemplo, en el hecho de que las exportaciones agroindustriales aumentaron de 21 a 38% entre 2003 y 2013. Hoy la provincia se ubica en el puesto número 5 de exportadoras a nivel nacional, exportando casi un cuarto de lo que produce a países como Brasil y China.
No es lo mismo vender la materia prima que productos procesados, cada paso que sumamos en la cadena productiva requiere utilización de maquinaria y trabajadores. Cada trabajador que se incorpora es un nuevo salario, ese salario se traduce en consumo, el consumo es mayor demanda de producción (de alimentos, vestimenta, transporte, etc.). La industria tiene la particularidad de generar puestos de trabajo y también de traccionar a otros sectores en la espiral productiva: se necesitan rutas para transportar la producción, infraestructura, incentiva la construcción, impacta en el comercio. También se demanda tecnología, lo que significa que entonces necesitamos mano de obra calificada, necesitamos invertir en conocimiento, incorporar nuevas técnicas, ampliar las comunicaciones, modernizar la infraestructura productiva. La ciencia está presente desde las semillas y las técnicas de cultivo hasta la góndola.
Es decir, el ciclo económico se expande en producción, genera más y mejor trabajo, genera capacidad de consumo. Pero también se expande en educación y mejoras en la calidad de vida. A todo ese proceso le llamamos desarrollo. Apostamos a este modelo productivo porque en él se reconoce a todos los sectores, se los interconecta: desde el pequeño productor con su chacra hasta los sistemas de transporte y comercialización. Las cadenas de valor operan a lo largo y ancho de la economía provincial y nos permiten tejer vínculos con la región, el país, proyectarnos al mundo.
El Estado como planificador del desarrollo
Nosotros pensamos que el Estado tiene que tener objetivos estratégicos y orientar la producción a ellos a través de sus políticas. Es necesario planificar el desarrollo. A medida que la economía crece, también se complejizan las operaciones: necesitamos rutas, puertos, pero también escuelas técnicas, científicos, comunicaciones, instituciones más modernas. También cambian las demandas, cuando la sociedad sale de la pobreza y tiene trabajo necesita y quiere productos diferentes.
Planificar no significa decirle a los demás lo que tienen que hacer, sino orientar recursos a las áreas que consideramos estratégicas (sea porque generan empleo, o porque son recursos tecnológicos, etc.) a través de diversos instrumentos como ser impuestos, financiamiento, infraestructura, educación, bienes públicos, etc. La inversión estatal en parques industriales son un ejemplo de esto, ya que atraen inversión, mejoran la prestación de servicios, generan incentivos a los empresarios. La recuperación de los ferrocarriles es central para poder disminuir los costos del transporte de carga. Cuando se mejora la infraestructura, además, se mejoran las condiciones para los pequeños productores que al tener menor escala siempre enfrentan costos productivos más altos.
El Estado también apoyó a las Pymes a través de líneas de financiamiento. Para las empresas grandes es más fácil conseguir dinero para mejorar su capacidad productiva, pero para los pequeños productores muchas veces el crédito es caro, o no cumplen con los requisitos para acceder. Ahí hemos estado presentes a través de líneas de financiamiento especiales, fondos, y también asesoramiento. Entendemos que es crucial para la siguiente etapa garantizar recursos financieros que sirvan para modernizar y ampliar la capacidad instalada, para mejorar nuestros productos.
Y por supuesto, el Estado cumple un rol importantísimo en la redistribución del ingreso. Como sabemos, el crecimiento por sí solo no implica que las mayores ganancias se traduzcan en que todos estamos mejor. Por eso es importante un Estado que a través de su estructura impositiva promueva la igualdad, la inclusión, que vea dónde hay necesidades y las cubra.
No hay desarrollo sin industria, y no hay industria sin Estado
Este proceso que transformó nuestra provincia y que hoy podemos mirar con orgullo, ha llevado mucho tiempo y se ha realizado con un gran esfuerzo de todos. Por eso estamos convencidos de seguir en este camino. Tenemos identificadas las necesidades de cada sector, vamos a trabajar para dar respuestas concretas y específicas, gestionar soluciones que atiendan los problemas con coherencia y con un ideal de provincia y de país en la cabeza.
Vamos a consolidar la estructura productiva, incentivar la producción con generación de valor agregado, modernizar las estructuras productivas y la infraestructura, apuntar a la diversificación de la producción. Vamos a seguir desarrollando misiones comerciales internas y externas para ampliar el mercado de los productos de la provincia. Queremos ser un aliado de las Pymes, los productores locales y emprendedores. Y sobre todo, vamos a estimular los sistemas de investigación, innovación y tecnología, que son los pilares de nuestro ideal de desarrollo.
Entre Ríos es una provincia muy rica, tenemos cereales y oleaginosas, elaboramos el 80% del arroz que se produce en todo el país, somos líderes internacionales en la producción avícola, con la mitad de granjas de Argentina en nuestras tierras, estamos expandiendo nuestros mercados citrícolas, dando un salto tecnológico en la metalmecánica y la industria farmacéutica. Hoy la provincia es la tercer plaza turística del país, no sólo por su bellezas naturales, sino también por la cultura, la historia, nuestros productos regionales. Queremos desarrollar más el turismo porque sabemos que esto repercute en la calidad de vida de los entrerrianos, es más trabajo, más educación, mejor calidad de vida. Y tenemos, sobre todo, como dice Daniel Scioli: materia gris, miles de trabajadores, jóvenes y emprendedores para sumarse a este proyecto.
Sabemos que para todo esto también tenemos que modernizar el sector público, desde la infraestructura a los recursos humanos. Es parte de nuestra tarea. Nuestra apuesta de futuro es clara, queremos un Estado que juegue un rol de planificación estratégica con objetivos de crecimiento y desarrollo económico, modernización y sustentabilidad en el tiempo y en armonía con el medio ambiente. Con inclusión y justicia social, que es la única manera en que entendemos este proceso. Ese es nuestro compromiso y somos la fuerza política capaz de llevar este proyecto a la victoria.
*Contador. Ministro de Gobierno y Justicia de Entre Ríos. Candidato a vicegobernador por el Frente para la Victoria.
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