Vacaciones de invierno: cómo cuidar la alimentación de los más chicos
¿Se puede comer sano y pasarla bien? Sí, por supuesto, sin prohibiciones pero con moderación, te contamos cómo podés organizarte.
Para los chicos el hecho de no tener que ir a la escuela por dos semanas puede ser equivalente a participar de quince festejos de cumpleaños seguidos: ellos quieren comer cosas ricas y aprovechan en cada salida a pedir de todo, sin medida. Pero… ¿a cuántos locales de hamburguesas y papas fritas los vamos a llevar? ¿Cuántas golosinas, helados, pochoclos y gaseosas les vamos a habilitar?
Lo cierto es que, como señala la licenciada nutricionista Melany Carlovich, (MN 8102), durante las vacaciones suele aumentar la exposición de los chicos a alimentos ricos en grasas y azúcares. Además, está como factor contraproducente, el tiempo excesivo que pasan sentados en el sillón frente a las pantallas y en muchos casos, la interrupción de los programas habituales de actividad física.
¿Entonces cómo podemos cuidar la alimentación en las vacaciones?
Comprar los alimentos en familia. Elegir alimentos saludables y ricos que estén a disposición para los momentos de ingestas: cereales sin azúcar, verduras y frutas, huevos para hacer budines y tortas, harinas integrales, carnes magras, yogures, quesos.
Cocinar con los chicos recetas saludables. Llenar la heladera, alacena y la casa de alimentos saludables, caseros y hechos con los chicos. Preparar budines de frutas y verduras de estación, dips de diferentes alimentos para comer como snacks con verduras (hummus, palta, dip de zanahoria, de calabaza).
Porciones chicas y pochoclos compartidos. Cuando vayan al cine o al teatro y compren algo para comer, elijan los tamaños mínimos de pochoclos, bebidas o chocolates, digan NO a las porciones extragrandes y adicionales. Una buena idea es llevar bolsitas y dividir el balde de pochoclos entre todos así a cada uno le queda su porción individual. Elegir bebidas sin azúcar y pequeñas.
Menos pantallas, más movimiento. Limitar el uso de los dispositivos electrónicos como el celu, la tablet, la tele y la play, reducirá las horas de sedentarismo y la exposición a alimentos ricos en azúcares y grasas. Suplantar las pantallas por juegos de mesa, de ingenio, de pensar. Así, aunque los chicos estén sentados, siguen activos con el pensamiento y la cabeza en acción.
Que salir a comer no sea el programa. Que la salida no sea ir a merendar o tomar un helado, sino ir a la plaza o andar en bici y luego se puede merendar en casa o afuera. De este modo podremos disfrutar de la compañía y el placer de estar juntos sin obligaciones.
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