Victoria un semillero de grandes bellezas
Hay infinidad de historias carnavalescas para contar, algunas comienzan en la niñez con esos pequeños que juegan a adornar sus sombreros, pegar lentejuelas en una minúscula remera o el adorno de unos zapatos al tono; todos aportan su granito de arena a esta fiesta, disfrazándose, trabajando en el mismo circuito o acompañando a esos participantes.
Muchas veces, quienes pagan la entrada para ver ese espectáculo, no saben de ese recorrido, por eso decidimos acercar una de estas vivencias contada por una joven participante que heredó este amor por el carnaval de su padre Juan Carlos ‘El Negro’ Silva, un recordado animador de nuestro corso.
“Por mis venas corre sangre carnavalesca, mi papá siempre formó parte del carnaval, y desde chica siempre quise salir”, comenzó expresando María Silva (19).
Participa de las noches de carnaval desde los 16, “fue a partir que unas amigas querían salir y me copó la idea, a los primero tenía miedo por lo que iban a decir mis amigos o familia cuando me vieran bailando en el carnaval, pero después gracias al grupo de la expresión (Noche de Reinas) logré superar esa incertidumbre”.
_ ¿Qué significó para vos ese primer baile en el circuito?
_ Lo viví con nervios, ansiedad y más que nada felicidad de poder seguir el camino de papá. Afortunadamente mis padres siempre me incentivaron a pesar de estar separados, siempre están presentes apoyándome en todas mis cosas.
_ ¿Que nos podes decir de nuestra fiesta mayor?
_ La verdad que desde chica siempre forme parte del carnaval, ya sea como espectadora cuando íbamos con mamá y mi hermano, y ahora como parte de una de una expresión. La verdad que son dos perspectivas diferentes que no todos tienen la posibilidad de vivir.
Me da mucha alegría salir a bailar y formar parte de la expresión, agradezco la oportunidad que me dio Santiago Álvarez, director de la expresión Noche de Reinas.
_ ¿Cómo es la relación con los integrantes de la expresión?
_ Tanto antes de ingresar como después, tenemos muy buena relación, se nota el compañerismo. Las chicas un poco más que los chicos, ya que siempre nos prestamos las cosas, una pinta o maquilla a la otra y así siempre se pasa el tiempo y llega el horario de salir a escena.
_ ¿Qué es lo que más te reconforta cuando bailas?
_ El entusiasmo que provoca una expresión en el público, se contagia con nuestra alegría, los chicos que se acercan a sacarse fotos y a bailar… eso me encanta, algunos te dicen que cuando sean grandes quieren ser como vos, eso a mí me llena de satisfacción.
Después de cada noche, lejos de volver a casa para recuperar energías, María nos comentó que tras cambiarse retoman la bajada hacia la ribera con un grupo de amigas para sumarse a ‘Terror’ “para dar la vuelta nuevamente y terminar la noche en el boliche”.
María tiene previsto estudiar Nutricionista, actualmente cursa el último año de la escuela de Comercio, y desde hace tres años integra el staff de Noche de Reinas compartiendo momentos inolvidables juntos a sus seres queridos y siendo una persona más que deja su impronta en el carnaval.
Su papá como músico de expresiones emblemáticas del carnaval vivió de cerca el despertar de aquella figura en la que se convirtió Cristina Arellano, y María no duda en reconocer que a toda bailarina le encantaría poder llegar a ser reconocida como ella lo fue: “Cristina fue y será una de las personas más importantes de esta fiesta, y difícilmente se podrá igualar la destreza y brillo que entregaba cada noche, yo me limito a disfrutar y trato de hacer lo mejor cada noche de carnaval”.
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