Embarazo: los peligros de los tratamientos de belleza
Al momento de comenzar un tratamiento estético, las embarazadas deben tomar diferentes recaudos, ya que existen numerosas contraindicaciones con respecto a los efectos que pueden tener en el feto.
En general, la mayoría de los tratamientos no se permiten en el embarazo. Si bien no hay estudios científicos que demuestren su inocuidad, ante la duda se contraindican. Por el contrario hay otros verdaderamente probados que generan peligros durante la etapa del desarrollo de un bebé, por lo cual la prohibición posee un aval científico.
Irene Bermejo, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología, explica: «Cuando llega una embarazada, lo principal, siempre es respetar el criterio del obstetra, que en general son absolutamente cuidadosos».
«Una embarazada debe tener cuidado cuando compra un producto de belleza como cualquier persona. Como profesional uno trata de no agredirlas, de no ponerlas en situación de dañar la piel. Hay que recordar que el embarazo es un proceso inflamatorio. Las embarazadas están mucho más sensibles, con mayor apertura hacia los eccemas y alergias», agrega.
Primer paso: chequeos
Antes de comenzar cualquier tratamiento siempre es recomendable dialogar con el obstetray que incluya entre los estudios de rutina los análisis necesarios para conocer si la embarazada tiene diabetes gestacional o si padece toxemia o preeclampsia. Tampoco deben hacerse tratamientos quienes tengan presión sanguínea alta, hipertensión o problemas en los riñones o la vejiga. Además, una de las medidas preventivas más utilizadas es la de esperar hasta el segundo semestre para realizar cualquier tipo de tratamiento.
Lo que está permitido
Los masajes son siempre una buena manera para comenzar un tratamiento de belleza. La mayoría de los centros de estética o especializados los utilizan, ya que -realizados por profesionales- no tienen contraindicaciones. Pueden ser antiestrés, en el cuello o los hombros, las piernas, la cabeza y los pies.
«Las embarazadas pueden hacer varios tipos de tratamiento de belleza, salvo tratamientos láser y tener cuidado con algunos componentes de productos cosméticos. Pueden hacerse limpieza de cutis, peeling o aplicarse cremas de belleza con ácido glicólico», asegura Bermejo.
Tinturas: Solo aquellas que están exentas de amoníaco y luego del período de organogénesis (formación del bebé), es decir posterior a la semana 12 de embarazo. El mito de la prohibición absoluta se remonta a que hace un tiempo todas las tinturas eran realizadas con amoníaco y éste se absorbe a través de los vasos sanguíneos del cuero cabelludo, luego se distribuye por la circulación general, atraviesa la placenta y es tóxico para el bebé.
Drenaje linfático manual: Esta técnica se realiza con las manos a través de movimientos muy suaves, lentos y repetitivos que favorecen la circulación de la linfa, mejorando así cuadros edematosos, inflamaciones y retenciones de líquidos orgánico. Solo debe hacerse luego de la semana 12 de gestación, salvo que la mujer tenga alguna patología crónica como várices importantes o alteración de la circulación linfática.
Tratamientos peligrosos
Masajes reductores: A pesar de que sí están permitidos los masajes descontracturantes, no así los reductores debido a que las cremas que se utilizan están contraindicadas en la gestación.
Luz Pulsada: Se utiliza para resolver algunos problemas de la cutis como pelos superfluos, manchas obscuras, angioma o arañitas y envejecimiento de la piel.
«No se puede hacer luz pulsada o cualquier tratamiento con láser por precaución. No hay todavía estudios contundentes contra estas técnicas o que pueda provocar algo en el bebé, pero tampoco hay que aseguren que son totalmente seguros», dice Bermejo.
Alisado definitivo: No está permitido, ya que el formol es tóxico. En teoría no entra en contacto con el cuero cabelludo, pero la inhalación de sus vapores o cualquier accidente por derrame serían riesgosos para el bebé.
Depilación definitiva: La depilación definitiva no está permitida durante la gestación ya que no hay estudios serios que demuestren la inocuidad del láser sobre el feto.
Cremas anti estrías: Están contraindicadas, ya que en general derivados del retinol y del ácido salicílico, ambas sustancias riesgosas para el bebé.
Sustancias dañinas
Ácido retinoico o retinol: Se encuentra en diversos tipos de crema, desde rejuvenecedoras, para sacar manchas de la piel, en las de peeling químico o acné, entre otras.
«Está prohibido en los tres primeros meses de embarazo por las dudas que haya una absorción. Está estudiado que este derivado de la vitamina A tomado por boca puede provocar malformación, por eso se lo evita, pero no hay nada demostrado que la crema con retinoico pueda dar las mismas malformaciones», explica Bermejo.
Petrolato: Son productos derivados del petróleo, se obtienen a partir de residuos de la destilación del aceite que queda después de la evaporación del mismo.
«Hay estudios que marcan que los derivados del petroleo son cancerígenos. En ese sentido, la recomendación no es solo para embarazadas, sino para cualquier mujer que se pone cremas».
Parabenos: Son conservantes muy habituales en los productos cosméticos como el maquillaje, las cremas hidratantes, gamas capilares y de afeitado. En las etiquetas figuran, generalmente en inglés, como methylparaben, propylparaben, butylparaben o benzylparaben.
«Es recomendable que la mujer, embarazada o no, conozca los componentes de cualquier producto que entra en contacto con su piel. De esta manera, se pueden evitar problemas a futuro», finaliza Bermejo.
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