Los fantasmas del gobernador
Un repaso sobre los números provinciales
“Ajuste”…esa palabra innombrable, tan emparentada con la maldita década de los ´90, impronunciable en el lenguaje kirchnerista y tan plagada de eufemismos para explicar lo que parece tan claro.
Lo claro es que el ajuste llegó a Entre Ríos. Y llegó de la mano de la receta mas tradicional y ortodoxa: un nuevo “impuestaz(it)o”, un freno seco a la puja salarial del sector público, la suspensión del total de las adscripciones de empleados, un proyectado estricto control de las licencias docentes y un recorte de la obra pública que se hará sentir en los próximos meses.
El mensaje de Macri, si bien conciliador y pragmático con los gobernadores peronistas, fué claro: “Hay que arreglar primero el descalabro de la macroeconomía”. Fue, en definitiva, lo que Bordet repitió en su primer mensaje en la Asamblea Legislativa donde anunció la no incorporación de mas empleados, suspendió la adscripción de todos los empleados públicos, se refirió al control del gasto, anunció una cruzada contra las licencias docentes, entre otras medidas…y aludió a un concepto impronunciable durante 12 años: el “equilibrio fiscal”.
No hay otra interpretación posible sobre lo que se viene: la aplicación de un “federalismo fiscal al revés” para mejorar la recaudación propia, apretar más y mejor a los contribuyentes entrerrianos, y “vivir con lo nuestro”….hasta que el temporal pase.
La realidad de la macroeconomía del Estado entrerriano es sorprendente y los números pueden asustar al incauto lector.
En 2.003 –año del final de la gestión de Sergio Montiel- el universo de contribuyentes entrerrianos le pagaba el sueldo a 46.259 agentes.
En 2.007 –último año del tercer mandato de Jorge Busti – los empleados públicos sumaban 56.892 personas.
En 2.016 el Gobierno de Gustavo Bordet deberá desembolsar recursos para pagarle a 65.486 trabajadores estatales de la planta permanente del Estado….Todo eso sin contabilizar la planta temporaria (los contratados eternos) ni del personal docente ni los jubilados, pensionados y retirados policiales que es otro tema.
Estamos hablando de 8.594 personas MÁS en la planta permanente del Estado en escasos 8 años, es decir, agentes que gozan de estabilidad laboral y que no pueden ser separados de sus cargos sin sumario previo.- Algo asi como 1.074 designaciones por año,…o si se quiere, 89,5 nombramientos por mes…o bien –para ser un poco más gráfico aún- casi 3 incorporaciones de empleados por día.
La provincia ha tenido un crecimiento exponencial del empleo público y parece claro que se ha usado al Estado como una verdadera “agencia de colocaciones” en vez de modernizarlo y tornarlo más eficiente, activo y presente básicamente en sus áreas más críticas como salud y educación.- A pesar de ello, en Entre Ríos el gasto público en personal insume sólo el 37% del gasto total presupuestado (De los 58 mil millones de pesos del Presupuesto 2016 el gasto en personal se lleva sólo 21 mil 500 millones), lo que separa a la provincia de otros distritos donde el empleo público hace estragos sobre las cuentas como Rio Negro, Tucumán, Tierra del Fuego, Mendoza, Jujuy, Chubut, Corrientes y otras más.
Durante el año 2015, la provincia –que está dentro de la categoría de provincias con “bajos ingresos de recaudación fiscal y alta densidad poblacional”- recibió de coparticipación nacional secundaria (es decir, la suma de la pura coparticipación primaria más las leyes especiales como el Fondo Nacional Educativo y otros) la suma de $ 14.702 por habitante, ello sin computar las transferencias discrecionales y aportes nacionales que el gobierno de CFK le hacía graciosamente a Urribarri.
Como la variable de ajuste nunca puede ser el trabajador, no sólo porque se trata de un “gasto rígido” vía la estabilidad constitucional de la que gozan sino porque la paz social no soportaría un ajuste en el ítem Personal, la vía escogida es entonces un nuevo incremento de los impuestos (hasta ahora el Impuesto Inmobiliario Urbano entre un 50 y un 60% según se informara oficialmente…) que recae –claro está- en el padrón de contribuyentes que ya maneja el Estado y que gravará con mayor fiereza la riqueza que se genera tranqueras adentro de nuestros ríos.- Y todo ello en un contexto de:
• El “tarifazo” de alrededor del 90% que ya llegará a las facturas de la mano de incrementos en luz, agua, y transportes, vía quita de subsidios y aumentos ya autorizados por la gestión de Urribarri en 2014…entre otros rubros.-
• La “inaceptable” inflación –en palabras del Presidente-que día a día carcome el ingreso fijo de empleados, jubilados y beneficiarios de planes sociales, a pesar del 15% de incremento desde marzo que ya anunció el gobierno nacional.
• La caída del consumo que ya se siente en rubros como electrodomésticos, inmuebles y algunos artículos de consumo masivo como alimentos y bebidas y que se sostendrá a lo largo de 2016, según consultoras privadas.
• La “deuda flotante” que mantiene Entre Ríos con proveedores, contratistas e inversores foráneos en las célebres Letras de Tesorería que se calcula en 11.000 millones de pesos.
• La millonaria deuda que la Nación mantiene con los ejecutores y proveedores de la obra pública en Entre Ríos, cuyos pagos suspendió Cristina Kirchner en agosto de 2015 y que el gobernador le reclama a Macri para no enfriar la economía provincial.
El gobierno del contador Bordet necesita el dinero que no tiene para hacer frente a una masa salarial que todos los meses le demanda alrededor de 1.800 millones de pesos, más el pago de proveedores (la famosa “deuda flotante”), atender el déficit creciente de la Caja de Jubilaciones y…encima….hacer obra pública.
Las alternativas financieras se estrechan. El gobernador concordiense ya recurrió en dos ocasiones a adelantos de coparticipción del gobierno macrista que le permitieron honrar el aguinaldo y los haberes de diciembre y enero, las emisiones de bonos y letras de Tesorería del Gobierno Provincial a tasas caras y corto plazo para hacerse de dinero fresco, la suspensión de pagos a proveedores y –aunque no se reconoce- no se descarta una modificación del régimen previsional provincial para oxigenar su situación y ampliar la edad jubilatoria, situación que el propio Presidente de la Caja de Jubilaciones Daniel Elías viene poniendo de relieve aunque sin pronunciar la palabra “REFORMA DE LA LEY 8732”.
La salida de este “embrollo” se apoyaría en tres pilares de dudosa sustentabilidad : el acceso a la distribución de Aportes del Tesoro Nacional (ATN), un fuerte ajuste de las cuentas públicas provinciales con caída de la inversión y un significativo aumento de la presión tributaria. Sin embargo, es difícil que estos tres pilares se repitan en un contexto de caída del nivel de actividad y el empleo.-
Pero Bordet no tiene un Banco Central que le ceda recursos, ni tan siquiera tiene un Banco propio que lo auxilie en la emergencia, carece de un Fondo Anticíclico para enfrentar los tiempos de depresión, y la capacidad de pago del contribuyente entrerriano tiene un techo, ya sobrepasado por la nueva suba tributaria.
A las peripecias económicas heredadas de la gestión Urribarri, Bordet debe sumarle la paritaria docente que amenaza con postergar –una vez más- el inicio del ciclo lectivo.- Este “sueldo testigo” del docente entrerriano tiene un efecto cascada sobre la paritaria de los estatales, cuyos gremios ATE y UPCN no cederán fácilmente en un contexto inflacionario y con suba de tarifas públicas, sin perder la legitimidad de su base gremial. Los dirigentes sindicales necesitan una respuesta salarial razonable del Gobierno Provincial para evitar el conflicto forzado por las bases, mas allá de los arreglos cupulares de los jefes sindicales, siempre contemplativos con los gobernadores de sangre peronista.
El otro condicionamiento es político. El gobernador necesita alzarse con la jefatura del Partido Justicialista para controlar una interna larvada desde la conformación de la lista hecha a dedo por Urribarri, que dejó muchos (demasiados) heridos y casi le hace perder la elección al peronismo. De allí el gesto de recibir a Jorge Busti en su mismísimo despacho al que no entraba desde hace 8 años y enviar mensajes conciliadores de unidad hacia dentro del partido.
Bordet está en el incómodo lugar de reivindicar la gestión kirchnerista de Urribarri pero, al mismo tiempo, de colaborar con el gobierno macrista a través de los diputados nacionales elegidos a dedo por el ex gobernador y fieles cristinistas de la primera hora a quienes ha comprometido para votar las leyes mas importantes para Macri (como la derogación de la ley cerrojo que le impide abrir las negociaciones con los holdouts, la ley de pago soberano, modificación de Impuesto a las Ganancias, ley del arrepentido, entre otras), en tren de aceitar las buenas relaciones que mantiene con el presidente. Cuando las urgencias financieras tocan a la puerta la ideología se evapora como por arte de magia.- Peronismo pragmático le llaman.
Déficit + desfinanciamiento + deuda: las tres D que desvelan al gobernador se conjugan con un peronismo en ebullición que se siente desorientado sin poder. Habrá que ver si la imagen de un dirigente políticamente correcto como la que vende Bordet alcanza para administrar una provincia al borde de la inviabilidad.
(*) Senador Provincial – Convencional Constituyente (m.c.)
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