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Los empleados por recomendación de los gremios y porque su salud no se lo permite han dejado de ir a sus puestos. No hay suficiente presupuesto para alquiler de máquinas que tapen y apaguen el incendio. Hay barrios que no pueden abrir las ventanas días enteros por la gran cantidad de humo y el olor que los invade. Este viernes la ciudad toda está bajo el efecto del incendio. Desde el área de obras y servicios públicos se demuestra muy poco interés. Carlos Braga, desde que comenzaron los incendios sólo visitó una vez la planta.
Lo que fue una planta de reciclado de residuos urbanos modelo, donde delegaciones escolares y funcionarios de otras ciudades llegaban para observar e imitar hoy se ha convertido en un basural a cielo abierto con quemas constantes de todo tipo de residuos que ponen en peligro primero a los empleados y luego al resto de la comunidad.