Las encuestas no tienen la culpa
En épocas de elecciones es habitual escuchar que las encuestas no “aciertan” o no se les puede creer. Cuando estas palabras son dichas por personas ajenas a los ámbitos académicos es comprensible esa opinión, pero cuando eso mismo es dicho por periodistas o incluso actores políticos resulta evidente que no tienen los conocimientos como para evaluarlas.
Estos estudios se hacen tanto para conocer las preferencias electorales como para conocer los gustos en golosinas y luego venderlas, también son una gran herramienta para evaluar cargos ejecutivos tanto en el Estado como en las empresas y además, brinda información necesaria para el diseño de políticas públicas.
Si le pregunto qué es una encuesta, seguramente, Ud. podría responder que es un cuestionario y que de acuerdo a la cantidad y tipo de respuestas se pueden sacar conclusiones. Bueno, exactamente en esa percepción de familiaridad con esta técnica es donde está el problema dice . Suele pasar que grupos o militantes o voluntarios hacen ese cuestionario y salen a las calles convencidos de que están haciendo “una encuesta”, pero como decía mi abuela “no es soplar y hacer botella”.Es por esto que pongo al alcance de todos algunas aspectos a tener en cuenta. Las encuestas son instrumentos de recolección de información y son parte de las técnicas de investigación científica, es importante no poner en la ciencia los errores que cometemos las personas.Es así que cuando decimos que las encuestas no coincidieron o no se acercaron a los que predecían, “la culpa” no es de las encuetas sino de quienes las realizan. Al momento de evaluar una encuesta hay que preguntarse por la ficha técnica que nos debe aclarar 3 aspectos fundamentales, que de manera muy sintética puede decirse: 1. la selección de la muestra, es decir la cantidad de gente que va a ser consultada y esto está relacionado con la densidad y característica poblacional y a demás debe ser una selección de personas al azar que es un procedimiento específico y no es lo mismo que la “casualidad” -pregunto al que está disponible-; 2. La forma de contacto: en nuestro país las encuestas por teléfono y por correo electrónico tienen un gran error porque solo se refiere a las personas que tienen teléfono fijo e internet, que en general, son de sectores medios y altos, es decir que hay una gran parte de la población que no fue consultada; y 3. La forma en que están escritas las preguntas: no pueden marcar tendencia en las respuestas, deben ser claras y no tener más de una interpretación posible. Y debiera agregar un 4to punto que es la supervisión de los encuestadores y del procesamiento de los datos.
Las encuestas diseñadas de esta manera son muy costosas, es decir, muy caras. Hasta aquí se ha controlado una parte importante de los resultados, pero no todos. Aún falta saber que la primera encuesta en un lugar no da los mejores resultados para “hacer un pronóstico”, solo brinda una foto, un pantallazo de lo que la opinión pública piensa en ese momento indica, la Sociologa Laura Gervasi . Para poder anticiparse a resultados futuros debiera poder comparar en sucesivas encuestas cómo se va comportando la opinión. Y luego, el equipo que hace el procesamiento debe tener grandes conocimientos de estadística, entre ellos probabilidad, modelos lineales y de regresión, estas palabras son las menos familiares y menos usadas al momento de hablar de encuestas y sin embargo son vitales al momento de hacer el análisis de las respuestas. Puedo asegurar que si todos estos puntos no son rigurosos se llegan a resultados muy distintos.Desde otro lado, una encuesta realizada cuando aún no está el abanico de candidatos que se van a poder elegir por votación, habla más del grado de popularidad de esas personas que del comportamiento político de los encuestados. La Argentina es un país con vaivenes en la opinión pública comparado, por ejemplo, con nuestro vecino país Uruguay, donde los votantes tienen una actitud más estable a lo largo de las elecciones.
Para ir finalizando la entrevista Gervasi afirmo: «Y aún no llegué a las situaciones donde la consultora que hizo la investigación está dispuesta a recibir un dinero por publicar los resultados que le conviene a su cliente». Pero esto ya no es un tema de cuestionarios sino de ética….
Laura Gervasi
Lic. Sociología
Investigadora
Maestranda en Sociología y Métodos Avanzados de Investigación