Gases lacrimógenos en París contra una nueva protesta de los ‘chalecos amarillos’
Las fuerzas de seguridad francesas han dispersado este sábado por la mañana con gases lacrimógenos a centenares de manifestantes antigubernamentales en los Campos Elíseos de París, al inicio de otra jornada de protesta de los chalecos amarillos, una semana después de violentos disturbios en la misma avenida.
«200 manifestantes pacíficos en los Campos Elíseos. 1.500 alborotadores en el exterior del perímetro con la intención de deshacerlo. Nuestras fuerzas del orden responden frenando a los violentos: 39 detenciones por el momento», escribió en Twitter el ministro francés del Interior, Christophe Castaner. Según la policía, ha habito 65 heridos, incluidos 11 miembros de las fuerzas de seguridad.
El primer incidente estalló cuando centenares de manifestantes empezaban a converger hacia el Arco del Triunfo, en la zona alta de los Campos Elíseos. Una fuente policial explicó que las fuerzas de seguridad usaron gases lacrimógenos contra los manifestantes después de que estos intentaran forzar un control policial.
Se prevé que miles de chalecos amarillos, un movimiento sin líder ni ideología que nació contra la subida del precio del carburante y la pérdida de poder adquisitivo, se congreguen en París en el tercer acto de protesta antigubernamental, después de una primera jornada nacional, el 17 de noviembre, seguida el pasado día 24 por manifestaciones que derivaron en graves disturbios en los Campos Elíseos.
Favorecido por el apoyo de dos de cada tres franceses, el movimiento, que pide —entre otras muchas y dispersas demandas— una mejora del poder adquisitivo, menos impuestos y una bajada del precio del carburante, quiere hacerse oír de nuevo en el centro de París.
Ante esta tercera jornada de protestas, las autoridades decidieron cerrar el tráfico en los Campos Elíseos, aunque los peatones sí podían acceder a esta turística avenida parisina. Las fuerzas de seguridad y los comerciantes han tomado sus precauciones, tras los destrozos causados el 24 de noviembre.
Muchos comerciantes colocaron tableros de madera frente a sus locales, mientras el acceso de los peatones a los Campos Elíseos era cuidadosamente vigilado y filtrado por la policía, con un minucioso control de bolsas. «Nuestra responsabilidad es que todo ocurra de la mejor manera posible», afirmó el ministro del Interior, Christophe Castaner, que acudió a primera hora a los Campos Elíseos para «saludar» a las fuerzas de seguridad.
Unos 5.000 policías han sido movilizados en la capital, donde están además previstas una manifestación del sindicato CGT y otra de estudiantes contra el alza de las inscripciones para estudiantes extranjeros.
El Gobierno ha intentado organizar un diálogo con representantes de los chalecos amarillos, por ahora en vano. Los anuncios que hizo esta semana el presidente, Emmanuel Macron, un dispositivo para limitar el impacto de las tasas al carburante así como un «gran diálogo», no convencieron. Macron accedió a la presidencia francesa hace solamente 18 meses y su popularidad cae de forma imparable.
La primera jornada nacional de los chalecos amarillos, el 17 de noviembre, congregó en toda Francia a 282.000 personas, y la segunda a 106.000, 8.000 de ellas en París. Este movimiento de cólera y protesta se extendió el viernes a Bélgica, donde un centenar de chalecos amarillos belgas se manifestaron en Bruselas.