Aseguran que la genética es la ciencia que contribuye a predecir el cáncer
El conocimiento genético resulta esencial para anticipar la predisposición de las personas a desarrollar cáncer. Invitada por el Ministerio de Salud, la coordinadora del Programa Nacional de Tumores Familiares y Hereditarios, Lina Núñez, disertó sobre el aspecto hereditario de esta enfermedad.
Justamente, para actualizar los conocimientos respecto a esta materia, el Ministerio de Salud, a través de su Instituto Provincial del Cáncer (IPC), invitó para el tercer módulo abocado al desarrollo del cáncer de mama a la coordinadora del Programa Nacional de Tumores Familiares y Hereditarios (Procafa) del Instituto Nacional del Cáncer (INC), Lina Núñez, quien expuso acerca de la característica heredo-familiar de esta enfermedad.
La temática tiene un incipiente desarrollo en la provincia dado que se están capacitando profesionales, al interior del IPC, para la constitución de un nodo específico.
Cabe recordar que el primer curso anual e intensivo sobre esta patología responde a las políticas de capacitación y formación del recurso humano profesional y técnico.
La médica clínica y genetista habló del plan estratégico a nivel nacional que detecta y evalúa a la población que puede tener mayor riesgo de desarrollar cáncer heredo-familiar. Se trata de, según explicó la profesional, “herramientas y oportunidades para prevenir y adelantarnos a la aparición de la enfermedad”.
Del asesoramiento y la evaluación de riesgo genético, Núñez resaltó que es fundamental la interdisciplina. “El panorama de acceso a estudios implica asesoría y, si el caso lo requiere, análisis familiares; lo cual involucra a profesionales de distintas especialidades (como ser genetistas, gastroenterólogos, ginecólogos, mastólogos y oncólogos, entre otros) que trabajen juntos dependiendo del tipo de cáncer que sea”, explicó.
La especialista explicó que a la hora de sugerir evaluaciones moleculares se tiene en cuenta que cada síndrome hereditario de cáncer tiene su propio criterio de sospecha. Además, las opciones son numerosas, diferentes y no todas son accesibles, tanto desde lo económico como lo geográfico. No obstante, el avance es importante a una década atrás. En este sentido graficó: “Inicialmente los estudios se hacían en el exterior y el costo corría por cuenta de los pacientes. En este momento, se piden habitualmente y muchas obras sociales y prepagas los cubren, por lo que podemos aseverar que se ha avanzado muchísimo”.
Núñez agregó que hasta el momento son solo dos las provincias que tienen en su estructura sanitaria un programa de cáncer hereditario: Mendoza y Santa Fe. En tanto que desde el IPC, se están capacitando profesionales para expandir los servicios a este área.
La disertante precisó: “Las evaluaciones brindan información de probabilidades sobre una predicción de riesgo de cáncer, que no es igual en una persona que en otra, lo que permite saber sobre qué individuos tenemos que actuar con más atención en los controles para detectar tempranamente porque hay patologías oncológicas hereditarias que se tratan de manera diferente a cuando no es genética”.
Conocer y difundir para intervenir
Por otra parte, la referente nacional agregó que conocer epidemiológicamente la población, otorga información que ayuda a abordarla mejor. “Lo heredo-familiar colabora con el factor genético, después hay otros aspectos que tienen que ver con los hábitos de vida, el medioambiente y las exposiciones externas”.
En cambio, ante los casos de personas sin datos biológicos, este tipo de análisis no son factibles de ser indicados. “No se puede asumir nada de una familia que no conocemos y solo se hacen estudios cuando la persona tiene algún cáncer llamativo que pareciera ser hereditario”, finalizó.
Datos para tener en cuenta
* De cada 10 mujeres con cáncer de mama 3 van a tener algún familiar con esta patología: tiene agregación familiar en un 20 a 30 por ciento, lo cual no significa que sea hereditario, pero sí que tiene antecedentes familiares. Luego se evalúa cuántos casos se deben a una mutación genética.
* Cuando el cáncer en sí tiene una estrategia de prevención que es efectiva, vale la pena el esfuerzo por detectar los individuos que están en mayor riesgo de enfermar.