La gente prefiere alimentos naturales, pero los aditivos son "seguros y necesarios"
El uso de aditivos es «seguro y primordial» para lograr «las garantías de inocuidad y los estándares de calidad», afirmaron especialistas que participaron del evento latinoamericano más importante sobre ciencia y tecnología de los alimentos.
Si bien hay una tendencia mundial a consumir productos naturales en lugar de procesados, el uso de aditivos es «seguro y primordial» para lograr «las garantías de inocuidad y los estándares de calidad» requeridos, afirmaron especialistas que participaron recientemente en Buenos Aires del evento latinoamericano más importante sobre ciencia y tecnología de los alimentos.
«Las personas están migrando a una preferencia por lo natural, pero el problema es que es más difícil que ese tipo de alimentos sea estable en el tiempo», argumentó el pediatra Adrián Saporiti.
Saporiti afirmó que el uso de aditivos alimentarios en la industria moderna es «primordial», ya que «sería prácticamente imposible obtener una producción óptima, con las garantías de inocuidad y los estándares de calidad que actualmente se requieren para ser competitivos en el mercado sin ellos».
«Es importante que la población sepa que siempre que se mantengan dentro de la ingesta diaria admitida por las autoridades regulatorias, los aditivos alimentarios son perfectamente seguros», explicó.
Saporiti participó del encuentro «Cytal-Alaccta 2019″, que incluyó al XXI Congreso Latinoamericano y del Caribe de Ciencia y Tecnología de Alimentos (Alaccta) y al XVII Congreso Argentino de Ciencia y Tecnología de Alimentos (Cytal) y se realizó del 20 al 22 de noviembre en la ciudad de Buenos Aires.
De la actividad participó también el pediatra y doctor en Ciencias Biológicas Brian Cavagnari, quien remarcó la importancia de desterrar algunos mitos y confusiones sobre qué y cómo comemos.
«Si por un lado se advierte a la gente sobre no consumir frutas y verduras expuestas al uso de agroquímicos y por otro lado se habla del peligro de contraer infecciones por comer frutas y verduras orgánicas, el consumidor se confunde y probablemente restrinja ese grupo de alimentos, tan importante para una dieta saludable», ejemplificó Cavagnari, también integrante de la Subcomisión Científica de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN).
Otro de los tópicos abordados durante el encuentro fue el de la creencia de gran parte de la población sobre la inocuidad de consumir alimentos vencidos. «Muchas personas creen que no pasa nada si se consume un producto ya vencido, aunque la fecha de vencimiento debe respetarse para proteger la salud sobre todo de la población de riesgo, como niños, embarazadas y adultos mayores», advirtió María Claudia Degrossi, doctora en Química y consultora en Seguridad e Higiene de Alimentos.
Por su parte Susana Socolovsky, doctora en Ciencias Químicas y presidenta del congreso, reconoció que «los científicos estuvieron distantes del consumidor, muy ocupados en los laboratorios».
«No supimos llegar a la gente, hemos dejado un vacío y por inacción permitimos que hablen los que no saben. La divulgación de noticias sobre alimentos debe estar en manos de los científicos en alimentos, que nos hemos formado», enfatizó.
Socolovsky, también presidenta de la Asociación Argentina de Tecnólogos Alimentarios (AATA), se refirió además a los «mal llamados alimentos ultraprocesados», una «denominación errónea que genera gran controversia y confusión en el consumidor».
«Se ha generado una discusión incorrecta sobre una categorización que no ha sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud. Ser alto en grasas, en azúcares o en sodio no es patrimonio de un producto de la industria alimentaria, ya que un alimento con esas características puede provenir de un restaurante, un delivery o de nuestra propia cocina cuando cocinamos una milanesa con papas fritas o una torta como hacían nuestras abuelas», afirmó.